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Hacia Una Poesía Analéctica (Parte II)

Publicado también en Foros Literarios

 

Como ya se expuso en la primera parte de esta serie de trabajos, la labor de la poesía analéctica es, sencilla y titánicamente, la construcción de una transemiótica permanente; es decir, de una nueva simbología y lenguaje que supere constantemente los esquemas de poder hegemónico que, mientras predominan, van creando más destrucción que creación; generando exclusión y opresión entre muchos. Labor más que titánica, porque la ciencia -en un enfoque sistémico- nos indica que todo el universo tiende más a la destrucción que a la creación de formas complejas (entre ellas la vida) En un universo donde el 70% de la energía se pierde en una gigantesca entropía (caos puro), la vida compleja no es del todo común, mucho menos la vida inteligente y ni qué decir de la vida inteligente y civilizada.

 

De todas maneras, el ser humano ha superado el poder de los elementos por miles de años y hoy prácticamente tiene control sobre la mayoría de ellos; más no suficiente conciencia de la atención a los mismos (de ahí la actual debacle ecológica) Las masas no están tan atentas a lo que los científicos van divulgando sobre las ventajas y riesgos que nuestra realidad comprende; están sí más concentrados en lo que la sociedad capitalista-consumista ofrece: Exaltación y maximización de los aspectos primitivos del ser humano.

 

Sucede que el ser humano evolucionó como un ser netamente emocional en clave de tribu/aldea, hasta ahora el cerebro humano actúa así; creemos más en lo que nos relata el vecino o el amigo antes que lo que la información o la investigación propia nos puede exponer. Fácilmente elaboramos prejuicios y preconceptos a través de esta forma de desinformación para, luego, ir valorando todo lo que vamos sabiendo del mundo y sus acontecimientos. Caemos así en lo que se llama en lógica “error cognitivo” y en “presunciones falaces”. Ello porque nuestro proceso de aprendizaje es por asociación constructivista (Piaget) y terminamos asociando y valorando nuestros malos conocimientos con otros verdaderos; produciéndose una serie de mayores valoraciones erradas de la realidad. No podía ser de otra manera, ya que el cerebro es el reflejo de la sistémica de nuestro universo...y si el universo tiene fallas (Teoría Matrix), ¿cómo no las tendría el cerebro humano?

 

La poesía transemiótica no puede enfrentar plenamente estas limitaciones neurológicas, no puede tener tal función. En cambio, la ciencia ha corroborado la eficacia de las técnicas de meditación (orientales u occidentales; estas últimas de reciente data, similares a las orientales) para cambiar la estructura del cerebro y para, incluso, superar las citadas limitaciones cognitivas. A ello, hay que sumarle las prácticas orientales de ejercicios del cuerpo que mejoran la fisiología humana, mejorando el rendimiento del cerebro también. ¿Porqué es necesario mencionar todo esto? Porque si vamos hacia una transemiótica, necesariamente debemos involucrar a la capacidad del cerebro humano de modificarse y cambiar sus estructuras.

 

La poesía transemiótica no puede solamente enseñar a meditar o a hacer ejercicios físicos de origen oriental, pero sí puede incentivar su práctica con mencionar a dichas disciplinas no en un puro contexto de superación personal, sino en un contexto de superación colectiva. No se trata de literatura de autosuperación (que engañosamente tiende hacia la maximización del ego) sino de orientar la experiencia poética en un entorno de mejoramiento colectivo e individual; donde se generan nuevas actitudes y percepciones de los valores de conducta, que a su vez llevan a nuevas conductas que, en términos dusselianos, implican la cercanía con “el otro” (Proxemia), con la naturaleza (interna y externa al ser humano) y con una nueva sistemática más armoniosa y equilibrada (incluso con un equilibrio y armonía mayor a lo que los simples elementos naturales ofrecen; superación del darwinismo social) Al generarse, por las prácticas de meditación y ejercicios orientales, una nueva percepción cognitiva-emotiva de la realidad, se genera una nueva valoración contextual de los símbolos y el lenguaje; es, en este momento, que se puede generar la transemiótica a nivel interno (psicológico) a nivel externo la transemiótica no necesita de tal proceso para exponerse inicialmente (siéndole necesario el proceso interno en un desarrollo más avanzado)

 

Todas las palabras, en castellano, tienen una denotación fijada por la Real Academia de la Lengua Española, pero la connotación (el contexto) de dichas palabras puede cambiar y renovarse constantemente, a tal punto que puede hacer que se pierda  definitivamente la denotación original de la palabra. De hecho la mafia imperialista, que hoy impone la guerra mundial, ha tergiversado a tal punto el contexto de muchos términos, que hoy democratizar, en Medio Oriente, equivale a invadir y masacrar a un pueblo indefenso. Ya Noam Chomsky había expresado el peligro que significaba que la corporación mediática mundial (al servicio de la mafia)  reverbere; sin reserva alguna; las tergiversaciones que este poder guerrero hacía de términos como “pacificar”, “liberar”, o -en la mayor tergiversación- el “aterrorizar” en vez de resistir a una invasión y ocupación originalmente ilegales. Más que una transemiótica, lo que ellos hicieron fue una retrosemiótica, hicieron retroceder el lenguaje y los símbolos relacionados a valoraciones intersubjetivas (culturales, intersubjetivas) propias de la edad de la conquista y los genocidios de los pueblos americanos (cuando “evangelizar” era, en los hechos, sinónimo de esclavizar, salvo escasas excepciones)

 

Nuestra labor, en este trabajo, es diametralmente diferente y contraria a lo citado, nuestro fin es el generar un nuevo contexto simbólico y lingüístico donde una palabra no solo signifique lo que el lector es capaz de entender, sino que vaya más allá de su entendimiento de la realidad, invitándolo a seguir tal viaje. Esta invitación no se puede hacer por la creación de galimatías poéticos, sino de poemas con pasajes que indiquen un nuevo horizonte de valoraciones a los significados que el poetizado comprende. La poesía no debería perder su capacidad de ser popular o, al menos, de transmitir su mensaje a un gran número de poetizados; esto último queda más a criterio de cada poeta, será su elección el orientar su poesía a un determinado sector de poetizados y, si puede, de poetizables.

 

LA SIMBOLOGÍA TRASCENDENTE

 

Conociendo la capacidad innata del cerebro, de sus límites y de su plasticidad, además de la jerarquía de necesidades humanas (fundada en la biología) el artista puede ir proyectando una simbología que trascienda el universo significado del que puede valorar dicho arte (artevalente) Esta trascendencia, como ha indicado Dussel sistémicamente, no puede existir si solo conlleva a la reverberación y extensión fractal de los esquemas de poder vigentes (recursividad de la Totalidad) Debe, necesariamente, ir más allá del horizonte sistémico-semiótico, no por la negación de la totalidad sistémica-semiótica, sino por los elementos de la misma hacia una nueva sistémica-semiótica (Momento Analéctico) la transemiótica, para ser transemiótica, debe ser liberadora. En la poesía esto implica que el poeta usará todos los elementos lingüísticos vigentes en su poema y, en algunas partes o al final, generará un nuevo contexto significante de dichos elementos (con la inclusión, muy ocasionalmente, de nuevos símbolos-conceptos-significados, es decir, neologismos o, mejor aún, expresiones populares no aceptadas académicamente) Teniendo cuidado de poder conllevar (llevar consigo) al poetizado a ese nuevo horizonte y contexto de nuevos significados que superan la Totalidad.

 

 

Ese horizonte no puede ser cualquiera, ello se aclara en Ética de la Liberación. El mismo debe estar acorde con la naturaleza humana y las posibilidades materiales de dicha naturaleza; es decir, la transemiótica no es relatividad semiótica (propia del posmodernismo)

 

En breve, la relatividad absoluta posmodernista (que ha subsumido a la antropología cultural) en su negación total de la Totalidad ha pasado a afirmar dicha Totalidad (negación de la negación dialéctica del excluido), al punto que la Totalidad ha reaccionado con el fortalecimiento de sus elementos más reaccionarios. Así ha sucedido en EE.UU., donde los movimientos gay-lésbicos-transexuales, embanderados con el relativismo postmoderno más radical, han contribuido a reafirmar y empoderar (indirectamente) a los sectores más retrógrados de la sociedad estadounidense; llegando estos al poder con George W. Bush y toda una secuela de guerras y aniquilación (incluso la amenaza nuclear) y sobre todo, logrando la reelección por un segundo periodo (momento donde se notó la inutilidad de la dialéctica posmodernista) En Europa, en el momento de esta redacción, el mismo fenómeno se está observando en su desarrollo paulatino. Como se diría, según los adagios del Kybalión y el Taoísmo, una postura extrema genera su contraria extrema (es de esperara que se genere una antropología transcultural-analéctica)

 

Como se ha dicho en la primera parte de esta serie de ensayos, la transemiótica debe orientarse hacia horizontes progresivamente posibles (mayormente posibles y en una pequeña parte imposibles, es decir, en su aspecto teleológico) para la generación de nuevos símbolos, signos y contextos significantes que modifiquen la denotación del universo significado del poetizado y los poetizables (artevalentes) Habrá contextos culturales y sociales rebeldes (a la Totalidad) donde no se necesitará recurrir a neologismos, ya que dichos  contextos proveerán, de lo popular, los nuevos significantes contextuales y las nuevas señales conceptuales. En algunos contextos ya existen los signos más radicales: En el Irak invadido y colonizado (al momento de esta redacción) la interjección religiosa de Alah Akbhar! (Dios Es Grande!) ha dejado de ser religiosa y se ha convertido en el grito de rebelión extrema ante el opresor, el máximo sacrificio ante el imperio genocida que mata por petróleo; no solo a iraquíes, sino incluso a estadounidenses y a la humanidad entera, ya que el negro petróleo expande por todo el globo su mortífera estela de carbono ardiente; un grito de máxima desesperación, una llamada desde “más allá” de la Totalidad que la sacude y la hace temblar y que califica de terrorista. Eso es transemiótica, los signos y señales de la rebelión ante el actual totalitarismo que destruye la naturaleza y la vida humana. En otros contextos posiblemente la frase citada sirva para afirmar una Totalidad opresora, pero en Irak no; allí el supremo derecho humano (el derecho a la resistencia armada) se ejerce ante una invasión y ocupación originalmente ilegales; insalvable condición.

 

En los países menos sometidos (pero igualmente oprimidos) serán otros signos, otros contextos, otras señales populares de rebelión por vías más pacíficas (en lo posible, pero no en lo absoluto) y si no las hay, habrá que inventarlas, así como en los países industrializados hacen falta muchos, muchísimos signos y señales que se opongan a esa alienación aberrante del hiperconsumismo capitalista suicida y autodestructivo; símbolos y lingüística que conduzcan al ser humano al encuentro armónico y reconstructivo con la naturaleza, no un simple ecologismo, sino un transecologismo (más allá del simple conservacionismo, el reingreso radical y progresivo de la cultura a la relación con la naturaleza; no solo abrazar al árbol, sino convivir con el árbol en forma esencial  e inespacial, similar a como lo hacen aun hoy las tribus africanas, amazónicas, polinesias, etc.)

 

Cuando empiezan a escasear los recursos, generalmente los seres vivos se estresan y empiezan a matarse unos a otros. La humanidad, cuya base es animal, hasta ahora sigue este camino salvaje; solo que cuenta con un arsenal nuclear capaz de aniquilar la vida en todo el planeta. Nos abocamos a la generación de esta transemiótica de renovación cultura, o dejamos que las fuerzas más primitivas, reaccionarias, fascistas y retrogradas se apoderen de nuestras sociedades, condenándonos a la autodestrucción.

 

He aquí la importancia de construir una nueva semiótica artística y cultural, en lo particular: Una nueva poética, la poesía analéctica o poesía liberadora.

 

Artículos relacionados:

 

*Hacia Una Poesía Analéctica(Primera Parte)

http://www.bibliotecasvirtuales.com/comun/foros/topic.asp?TOPIC_ID=50496

http://altermediareflexiones.blogia.com/2007/112501-hacia-una-poesia-analectica.php

 

*Teoría Matrix(su formulación):

http://www.hispamp3.com/noticias/noticia.php?noticia=20041201094717

http://www.simulation-argument.com/matrix-spanish.html

 

*Semiótica:

http://es.wikipedia.org/wiki/Semi%C3%B3tica

 

*Entropía:
http://es.wikipedia.org/wiki/Entrop%C3%ADa_(termodin%C3%A1mica

 

 

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