Modelo Matemático-Fisico Sobre Cooperación
Cooperación, castigo e hipocresía
Un modelo, que considera la cooperación como propiedad emergente, sugiere que, bajo ciertas condiciones, el comportamiento deshonesto de algunos individuos puede mejorar la sociedad.
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Podemos creer que las leyes morales son impuestas por designio divino  o pensar que si son un hecho natural deben ser un producto natural de  la evolución socio-biológica y que pueden estudiarse científicamente.  Después de todo, una sociedad formada por una especie inteligente que no  desarrolle unas reglas mínimas de comportamiento está condenada al  fracaso y a la desaparición.
 Hace no tanto publicábamos en esta misma web  dos resultados  recientes sobre cómo mantener la cooperación en las sociedades humanas y  evitar que proliferen las personas aprovechadas. Aunque trataba de dos  casos más experimentales, también se mencionaba de pasada los modelos de  simulación computacional. Pues bien, el caso que vamos a ver ahora es  precisamente uno de de estos modelos computacionales que está basado en  la Física Estadística y en la racionalidad. 
 La pregunta del millón es saber cómo la ética o la moral aparecen en un  mundo donde cada uno sólo mira para sí mismo. Según los resultados de  este modelo la respuesta yace en cómo las personas interaccionan con sus  vecinos más próximos en lugar de en la sociedad en su conjunto. El  estudio fue dirigido por Dirk Helbing, del ETH de Zurich, y además  sugiere que, bajo ciertas condiciones, el comportamiento deshonesto de  algunos individuos puede mejorar la sociedad.
 Un bien común como los recursos naturales o los beneficios sociales son  frecuentemente agotados porque el interés de cada individuo ignora el  conjunto del mundo o la sociedad. El comportamiento cooperativo puede  ser forzado mediante el castigo, pero requiere tiempo y esfuerzo por  parte de los otros y éstos pueden dejar de aplicar los correctivos. Sin  correctivos los oportunistas o aprovechados pueden campar a sus anchas  en detrimento de todos los demás y finalmente agotar el recurso común.
 La pregunta, una vez más, es saber cómo aparece la cooperación. Ya hemos  visto en esta misma web cómo se han propuesto la reciprocidad  indirecta, la reputación, el castigo o la recompensa como mecanismos que  aseguran el mantenimiento de la cooperación. Sin embargo, según el  grupo de Helbing, nada de esto es necesario para que la cooperación  florezca.
 Para llegar a esta conclusión los investigadores se centraron en la idea  de que los individuos se comportan de una manera racional en función de  cómo lo hacen sus vecinos, en lugar de en cómo lo hace la población  entera (esta última posibilidad exige unos buenos canales de  comunicación que permitan acuerdos de castigo, algo que no tiene por qué  estar presente).
 Es aquí donde aparecen las ideas de Física Estadística. Así, el  magnetismo en el modelo de Ising depende del comportamiento de los  espines y de cómo éstos interaccionan con los próximos vecinos, idea que  es frecuentemente más realista que las aproximaciones de campo  promedio. De este modo el campo magnético macroscópico surge de esta  interacción a nivel local. Otros ejemplos típicos son los bancos de  peces o las bandadas de aves, cuyos individuos sólo actúan bajo unas  reglas fijas dependiendo de lo que hacen los vecinos. De este modo  aparece una propiedad emergente que no estaba presente en las unidades  individuales. La moral social, según este modelo, sería una propiedad  emergente, idea que se pierde en otras aproximaciones al problema.
 El modelo se basa en la teoría de juegos y se impone sobre una red  cuadrada de 10.000 puntos que representan individuos.  Cada individuo  puede adoptar una de cuatro estrategias posibles (o estados): cooperar  sin castigar a los aprovechados (individuos cooperativistas), cooperar y  castigarlos (individuos moralistas), ser un aprovechado o ser un  oportunista y aún así castigar a otros aprovechados (individuos  hipócritas) o ser simplemente un oportunista.  Inicialmente las cuatro  estrategias son distribuidas al azar sobre la red y se deja evolucionar  el sistema hasta ver qué comportamiento prevalece a largo plazo o se  llega a una situación estable.
 La evolución del sistema se ve influenciada bajo tres variables: las  multas que penalizan a los oportunistas, el costo de la administración  del correctivo y un “factor de sinergia” que estipula cuánto es mejorada  la suma de las contribuciones individuales por la acción colectiva.
 El programa elige un individuo al azar y calcula cuánto puede ganar en  relación a sus cuatro vecinos más próximos dadas las estrategias  empleadas por cada vecino. Esto es entonces repetido reiteradamente para  otros vecinos. La estrategia empleada por cada individuo es entonces  modificada a la luz del éxito o fracaso de sus vecinos, de este modo los  individuos pueden imitar a aquellos que lo hacen mejor que ellos.
 Después de correr la simulación durante 10 millones de iteraciones bajo  distintos parámetros se alcanzaron resultados intrigantes. Como era de  esperar, si la razón multa/coste y el factor de sinergia eran bajos  entonces finalmente todos los individuos se convertían en aprovechados  egoístas, al igual que los moralistas eran mayoría si esos valores eran  lo suficientemente altos. Sin embargo, también se encontró que los  moralistas podían ser mayoría incluso si el costo de administración de  castigo era alto. Esto se debía a que el proceso de imitación de los  vecinos que más beneficios obtenían pronto daba lugar a agregados o  dominios en los que había cooperativistas y moralistas en un mar de  oportunistas. Como los moralistas se enfrentaban mejor a los  aprovechados que los cooperativistas al final terminaban por dominar el  sistema.
 Quizás lo más fascinante es que también se encontró una colaboración  entre moralistas e hipócritas, ya que los hipócritas podían coexistir a  expensas tanto de cooperativistas como de aprovechados. Esto ocurría  cuando el costo del castigo era alto, las multas moderadamente altas y  la sinergia no particularmente alta. Según los autores este escenario es  apoyado por la existencia de hipócritas en el mundo real (aunque ellos  los llaman “inmorales”).
 Según uno de los investigadores, la contribución de la Física  Estadística a este campo puede ser el darse cuenta de que un gran número  de jugadores puede dar lugar a un comportamiento colectivo que no puede  ser obtenido del análisis de juegos a dos jugadores. Por tanto, los  modelos computacionales pueden ser considerados pre-experimentos que  ayuden a diseñar sofisticados experimentos de laboratorio.
 El equipo de investigadores está construyendo un laboratorio en el que  sea posible realizar experimentos de teoría de juegos con 36 personas, y  que les permitirá comprobar las predicciones del modelo.
 Herbert Gintis, del Instituto Santa Fe, y no implicado en el estudio,  cree que la incorporación de estas interacciones a corto alcance son  importantes, pero que además habría que considerar las relaciones  genéticas de la gente, porque su comportamiento depende de si están  tratando o no con un familiar cercano.
 La parte positiva es que este modelo predice que la fracción de  individuos que cooperan es mayor que en los modelos lineales, en donde  el bien común es proporcional a la fracción de los que cooperan dentro  del grupo.
 Quizás esto explique que, a pesar de todo, hay individuos que ayudan a  los demás.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3120
Fuentes y referencias:
 Noticia  en Physicsworld.
 Copia artículo  original I.
 Copia artículo  original II.
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