Nada Nuevo en Internet Para Los Grupos
La terapia de grupo utiliza la dinámica de grupos para intentar mejorar la vida de los pacientes.
Una alianza es un pacto entre individuos, Estados u organizaciones que se hace para destruir la hegemonia de otro, una coalición es algo que se hace para relevar y crear algo nuevo de lo viejo.
Joseph Pratt fue un internista que se dedicaba a la atención de personas de bajos recursos económicos y que observó que sus pacientes -mientras se encontraban en la sala de espera de su consulta- hablaban, interactuaban, intentaban ayudarse o simplemente intercambiaban información sobre sus patologia o su vida. Esta observación le llevó a plantearse si no convendria realizar estas interacciones de una forma programada y reglada.
Tal intervención tenia muchas ventajas: la principal de ellas fue abaratar los tratamientos que prestados individualmente consumian demasiados recursos de tiempo pero tambien utilizar los recursos cognitivos y emocionales de algunos para apoyar a otros y sobre todo intercambiar información sobre problemas usualmente psicosomáticos o con gran intervención de las emociones que pudieran beneficiarse de la narrativa individual.
Asi nació la terapia de grupo.
Que no debe confundirse con la dinámica de grupos. La terapia de grupo utiliza la dinámica de grupos para intentar mejorar la vida de los pacientes que acuden a ella, mientras que en un grupo cualquiera no existe esta finalidad. Sin embargo en todo grupo emerge una dinámica con independencia de su filiación o finalidad.
Y lo curioso es que en todos los grupos suele repetirse una dinámica similar. Una dinámica de flias y fobias.
En la institución psiquiátrica en que me formé en aquella época (años 70) se llevaba mucho la socioterapia, una reminiscencia del tratamiento moral de Pinel y Esquirol: se trataba de que la gente se relacionara en grupo con un lider y un co-terapeuta (usualmente de sexo contrario) que trataban de poner orden y concierto en unas intervenciones usualmente a gritos, reivindicaciones sobre la comida, los pases de salida o el reparto del tabaco. Unos se mostraban demasiado pasivos ante cualquier intervención y casi nunca intervenían mientras otros acaparaban con sus conductas histriónicas la atención de los coterapeutas . Lo cierto es que aquellas reuniones se convertian con frecuencia en una tortura para los residentes que como yo no entendiamos la finalidad de aquellas interacciones usualmente estériles.
Más tarde nos aplicamos en aprender teoria de grupos leyendo a Kurt Lewin y comenzamos a trabajar con pacientes externos y con patologías menos severas -neuróticos comunes- que nos enseñaron muchas cosas sobre el poder y la dominación en los grupos terapéuticos. Lo que suele pasar en estos entornos es que:
* Todo el mundo se siente desatendido individualmente por el lider del grupo con el que quisieran tener una relación mucho más personal e íntima que la que se obtiene en un grupo.
* Esta situación de contrariedad es frecuentemente compensada con alianzas extragrupales y movimientos emocionales de celos y de rabia.
* Hay quien es elegido como chivo expiatorio del grupo y al que se dirigen todas las agresiones, usualmente el co-terapeuta (de sexo contrario) al del lider o a las personas mas débiles y con menos recursos de autodefensa.
Al principio aprendimos que los subgrupos que solían formarse fuera del espacio terapeutico de manera aparentemente informal debian de ser prohibidos a fin de evitar ciertas distorsiones hasta que aprendimos que era imposible de controlar. Las personas que se sienten damnificadas suelen organizarse en subgrupos a fin de obtener control y poder sobre sus relaciones en el grupo.
Asi fue como aprendimos que los grupos con independencia de su filiación y composición terminaban siempre configurando una división de roles que era poco más o menos ésta:
* El lider es el que intenta mantener la neutralidad del grupo, propone tópicos para su discusión e interpreta la narrativa ajena de forma que pueda resulta útil para todos. Está emparejado con un co-terapeuta que suele ser de sexo opuesto y que es quien le releva en circunstancias dificiles o le apoya en sus “pájaras” o extravíos.
* El co-terapeuta es casi siempre el destinatario de las iras de los miembros del grupo, si es mujer de las mujeres del grupo y si es hombre de los varones. El lider tiende a ser preservado por los miembros del grupo.
* El portavoz es de los miembros del grupo aquel que tiene mas recursos verbales , lingüisticos o habilidades para llevar a cabo la reivindicación del grupo que no suele ser otra sino la de liquidar a alguien.
* El chivo emisario es aquel que a veces sirve de distracción a los miembros del grupo para apaciguar sus iras, suele ser una persona débil y con necesidades de dependencia que es utilizada como mecanismo intermedio de la toma real del poder. Entendemos como la toma del poder o bien que el co-terapeuta desaparezca o bien que el lider se empareje con otra u otro.
* El saboteador es aquel que se identifica con un rol destructivo de las inclinaciones del grupo por entender los vericuetos del poder y aprender algo realmente útil para sus vidas, suele utilizar la ironía y el sarcasmo para introducir elementos de ruptura de la jerarquía y suele boicotear el grupo desde el principio a veces con ausencias prolongadas cuando no de ácidas criticas dirigidas al lider (si es del mismo sexo) o al co- terapeuta. Es usual que el saboteador y el portavoz tengan un escarceo sexual o bien un amistad quasi revelada que naturalmente termina mal.
* Los pasivos que son utilizados por distintas coaliciones para “hacer bulto” en las manifestaciones de descontento que periódicamente recorren los grupos. Algunos aunque pasivos suelen mantenerse al margen hasta que no tienen más remedio que manifestarse, en ellos se encuentra el germen de la resistencia del grupo a su propia extinción y suelen ser los que lo prolongan a veces adoptando el rol de portavoces.
* Los ingenuos son un subgrupo de los anteriores, casi siempre andan despistados de las guerras por el poder y son por eso poco fiables en sus alianzas que suelen ser tórpidas y lunáticas modificando sus puntos de vista de un dia para otro.
* Los mediadores, son los que intentan constantemente poner paz pero se encuentran secretamente alineados con la oposición puesto que ellos tambien se sienten desatendidos aunque disimulan mejor.
La mayor parte de los grupos son abiertos: significa que entran y salen constantemente nuevos elementos. Los nuevos suelen comportarse como pasivos hasta que aprenden las reglas de funcionamiento del grupo y se alinean o bien con el portavoz o bien con el lider. Sin embargo como el rol de portavoz está cargado de odio lo más frecuente es que distintos elementos del grupo vayan asumiendo ese rol debido a los abandonos periódicos que son de esperar en determinados roles.
Los saboteadores suelen ser los primeros en abandonar el grupo pues saboteo es abandonar el grupo sin dar explicaciones o bien forzando a través de una salida de tono que alguien pida su abandono.
Otra forma sutil de sabotear un grupo es acaparar la atencion de todo el mundo forzando la locuacidad o la narrativa individual. Estas personas suelen obetener simpatias al principio -por los pasivos y los ingenuos- pero resultan cargantes con el tiempo hasta para ellos, el resultado es un ninguneo del grupo que refuerza la idea persecutoria que algunas personas tienen sobre sí mismos: suelen abandonar el grupo por despecho sin que de tiempo a que puedan reconsiderar su actitud o aprender algo sobre sí mismos.
Un grupo debe estar formado por un maximo de 8-10 personas y un máximo de 20 a fin de asegurar la interacción eficiente, tampoco hay plazo de finalización puesto que como he dicho antes los grupos suelen utilizarse por los individuos como de “usar y tirar”, entrando y saliendo del mismo según el rol que hayan elegido en su identificación.
Hay algunas excepciones a este diseño: uno es el entorno laboral, otro el familiar. En ambos uno no puede irse, sabotearlo continuamente o abandonarlo. No hay más remedio que adaptarse, es por eso por lo que cada vez más se echa mano de la terapia familiar o los grupos Balint en el trabajo para airear los trapos sucios. Más recientemente se han puesto a punto terapias que no están relacionadas con la narrativa como sucede con la meditación en grupo o el mindfullnes, que prescinden de la palabra y consiguen eludir en gran parte esa siniestra repetición que solíamos ver en nuestros grupos de pacientes de “cuandoentonces” cuando aun creiamos que “hablando se entiende la gente”.
En Internet no podemos relacionarnos e interactuar con los demás meditando y cuando se forma un grupo o un foro tendemos a repetir el diseño viejo de los grupos que ya describieran los clásicos, es como si no hubiéramos aprendido nada -no ya de nosotros mismos- sino del entorno. Internet no permite ciertos portazos, berrinches, demandas, exigencias, pataleos o “homicidios virtuales” (borrar o bannear) que son frecuentes en nuestra vida normal, es necesario, si queremos que Internet nos cambie el cerebro que seamos capaces de aprender el decálogo (los 10 mandamientos) de un comportamiento adecuado y eficiente de la red.
De hecho se han descrito fenómenos tipicos en Red como el flaming que tienen mucho que ver con la dinámica de grupo en un entorno de desaferentización cortical, es decir de un fenómeno de desinhibición causada por el anonimato o bien por carecer de información perceptual sobre nuestro interlocutor.
Pero eso tendrá que esperar a otro post.
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