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Genes Y Conducta Antisocial

 

Los comportamientos antisociales tienen un componente genético

Nuevos estudios analizan el papel del ADN y del entorno en el castigo físico, la violación, el acoso y el cociente intelectual

¿Qué papel juegan la genética y el entorno en el desarrollo de los comportamientos antisociales y criminales? Aunque la respuesta no está clara y aún queda mucho por investigar y comprender, los resultados de varios estudios recientes dentro del campo de la investigación biosocial sugieren que existiría un condicionamiento genético que predispone a desarrollar la agresividad o la tendencia al acoso, entre otras actitudes. En estas investigaciones se hace patente asimismo la importancia de la combinación de genética y ambiente, como potenciadora de cualquier tipo de comportamiento. Por Yaiza Martínez.

 


Estructura de un ADN en cuádruplex. Fuente: Wikimedia Commons.
Estructura de un ADN en cuádruplex. Fuente: Wikimedia Commons.
¿Qué papel juegan la genética y el entorno en el desarrollo de los comportamientos antisociales y criminales? La respuesta no está clara y aún queda mucho por investigar y comprender. En el año 2002, el psicólogo de la University of Southern California (USC) de Estados Unidos, Adrian Reine, especializado en los mecanismos cerebrales que predisponen a estos comportamientos, señalaba ya en un artículo aparecido en PubMed, la necesidad de profundizar en el conocimiento de la combinación de los factores sociales y biológicos que influyen en las actitudes violentas.

Los estudios de Reine y de otros científicos se enmarcarían en el campo de la investigación biosocial, un método multidisciplinal de análisis de los comportamientos antisociales y criminales, que incluye aspectos de la genética del comportamiento, de la neurociencia, de la biología evolutiva y de la psicología del desarrollo. Además, esta metodología incorpora diversas técnicas analíticas.

En definitiva, aunque durante siglos los especialistas han señalado el papel que los factores biológicos juegan en la formación del comportamiento humano, la incorporación de las ciencias biológicas al estudio de los comportamientos criminales es aún una práctica reciente, en continuo desarrollo.

La genética y el efecto del maltrato

En este campo es en el que trabaja Brian Boutwell profesor del College of Criminal Justice de la Sam Houston State University (SHSU) de Estados Unidos. Boutwell es además psicólogo y criminólogo, y está especializado en la genética del comportamiento y en el estudio de la influencia del entorno y de los factores genéticos en el comportamiento antisocial.

Según publica la SHSU en un comunicado, en sus últimos estudios, Boutwell ha examinado el castigo físico, la violación, el acoso y el cociente intelectual.

En un artículo publicado recientemente por Boutwell y sus colaboradores en la revista Agressive Behavior, los investigadores explican los resultados obtenidos en uno de sus análisis, que se centró en la relación entre los factores genéticos de riesgo para el comportamiento antisocial y el uso del castigo físico en los niños.
Investigaciones previas habían asociado el castigo físico infantil con la propensión de las víctimas a la agresividad, la psicopatología y la criminalidad. Boutwell analizó porqué, sin embargo, no todos los niños que son físicamente maltratados desarrollan estas tendencias antisociales.
Los resultados obtenidos en su estudio, realizado en colaboración con los investigadores Courtney Franklin (SHSU), J.C. Barnes (de la Universidad de Texas en Dallas) y Kevin M. Beaver (de la Florida State University) sugieren que ciertos factores genéticos determinarían el efecto del maltrato en el comportamiento antisocial.

Más concretamente, los niños con una predisposición genética al comportamiento antisocial parecen ser los más sensibles a las influencias negativas del castigo físico. Como curiosidad, esta interacción entre genes y ambiente resultó ser especialmente importante en el caso de los varones, y no de las niñas estudiadas.

En este caso, los investigadores analizaron el peso de la variable genética en el desarrollo de los comportamientos antisociales a partir de datos de una muestra nacional representativa de parejas de gemelos, explican los autores del estudio en Agressive Behavior.

Otros comportamientos genéticamente condicionados

Boutwell también ha examinado la relación entre los delincuentes reincidentes y las violaciones. Partiendo de la teoría del desarrollo propuesta en 1993 por la especialista en ciencias del comportamiento de la Universidad de Duke, Terrie Moffit, Boutwell constató en otro estudio que las personas que pertenecen al pequeño grupo de población que presenta agresividad crónica son significativamente más propensas a la violación, y cometen estos actos repetidamente a lo largo de su vida.

A partir de estos resultados, y de resultados obtenidos en estudios anteriores, los investigadores sugieren que el origen de las violaciones, en parte, podría ser genético. Boutwell y sus colaboradores pretenden desarrollar nuevas investigaciones a este respecto, para probar esta relación específica entre genética y comportamiento.

Por otro lado, en otro estudio en curso, realizado con los colaboradores de la SHSU, Matt Nobles y Todd Armstrong, Boutwell está examinando las correlaciones genéticas y ambientales de los comportamientos de acoso.

Brian Boutwell. Fuente: SHSU.
Brian Boutwell. Fuente: SHSU.
Los datos a analizar han sido tomados de una muestra de estudiantes matriculados en los cursos de justicia criminal de la SHSU. Los científicos han realizado cuestionarios a los participantes en los que se incluyeron preguntas sobre factores ambientales, de comportamiento y demográficos, y se están evaluando las actitudes de acoso, violencia hacia la pareja e implicación en las relaciones personales de los estudiantes.

Por otro lado, para la investigación se han recopilado, a través de la mucosa bucal de los voluntarios, muestras de las células de ADN de sus mejillas. A partir de estas muestras, los científicos analizarán aquellos genes que podrían estar relacionados con la tendencia a acosar a otras personas.

Por ultimo, Boutwell y sus colaboradores están estudiando el vínculo entre la genética, el comportamiento social y la inteligencia. Los descubrimientos realizados hasta ahora en esta dirección han demostrado que existe una relación entre los factores de riesgo genéticos que se corresponden con un comportamiento antisocial incrementado y una función cognitiva reducida.

Mitigación ambiental

Recientemente, hablamos en Tendencias21 de otra investigación que también había relacionado el mal comportamiento con los genes. Realizado en la Virginia Commonwealth University de Estados Unidos, este estudio reveló que un gen particular, el CHRM2, influiría en los comportamientos peligrosos que desarrollan algunos adolescentes.

La influencia de este gen en el comportamiento de los jóvenes estaría, sin embargo, condicionada por las actitudes de los padres. En concreto, la investigación demostró que la atención paterna y materna (el grado de conocimiento que los padres tienen acerca de lo que sus hijos hacen) es un moderador clave del grado de influencia de las predisposiciones genéticas hacia ciertas actitudes perniciosas.

En este caso, los investigadores analizaron a 450 voluntarios, su comportamiento desde la escuela infantil y hasta la adolescencia. Además, tomaron muestras de ADN de todos ellos. Según los autores del estudio, los resultados obtenidos demuestran que el comportamiento es una combinación de predisposición genética e influencia ambiental y que, por tanto, el riesgo de desarrollar actitudes nocivas por predisposición genética puede mitigarse.

La Creatividad Crece Evolutivamente en Conciencia y Complejidad

 

 

El conocimiento de la creatividad evoluciona en conciencia y complejidad

 

Nace un modelo de tendencias de la creatividad desde una conciencia compleja y evolutiva

Investigadores y docentes de creatividad de catorce países han participado en una investigación que propone un modelo desde el paradigma complejo-evolutivo y concluye que el fenómeno de la creatividad, en tanto su conocimiento, forma de comprenderla y aplicarla, como de proyectarla en la formación y futuras investigaciones, evoluciona en crecientes niveles de conciencia y complejidad. Por Jessica Cabrera C.

 

Vinculaciones entre conocimiento y creatividad. Jessica C.
Vinculaciones entre conocimiento y creatividad. Jessica C.
Durante mil años la noción de creatividad no existió en filosofía, teología o arte. Los griegos no tuvieron este término (aunque consideraban como excepción a los poetas que traían cosas nuevas), y los romanos nunca lo aplicaron a estos campos.

Durante los siguientes mil años, la creatividad se contempló exclusivamente desde la teología: "Creator" era sinónimo de Dios, y siguió empleándose en este sentido hasta una época tan tardía como la Ilustración. En el siglo XIX el término "creador" se incorporó al lenguaje del arte y se convirtió en sinónimo de artista. Aparecen nuevas expresiones como el adjetivo creativo y el sustantivo creatividad. En el siglo XX la expresión "creador" se aplicó a toda manifestación cultural. Se comenzó a hablar de creatividad en la ciencia, la política, la tecnología, etc. (W. Tatarkiewicz, 1987).

En este sentido, el conocimiento disponible en creatividad a través de su enfoque más usado por muchos investigadores y docentes (persona, proceso, producto, potenciación) se ha presentado con una gran diversidad de tópicos, no obstante, de manera fragmentada y aún los modelos componenciales más conocidos (Amabile, 1996, Csickzentmilhalyi, 1998, Sternberg, 1999) han sido insuficientes para aproximarse de manera integral a su complejo campo.

Hoy en día llegamos a un punto donde en creatividad se habla también de complejidad, de trascendencia, espiritualidad y evolución humana basada en la conciencia. Observamos que cualquier teoría de la creatividad (superdotación, teorías asociacionistas, teorías de la personalidad, teoría social-cultural, etc.), sus diferentes aproximaciones, (psicodinámicas, cognitivas, humanistas y componenciales), hasta sus tendencias más emergentes han ido integrando natural y evolutivamente diferentes componentes desde lo más simple a lo más complejo, centrando su interés de estudio desde lo individual y personal, hasta lo contextual, lo social y diferentes sistemas de referencia más complejos y transdisciplinares.

Nuestra propuesta, surgida de la revisión de todos los enfoques y la aparente desconexión entre ellos por vías disciplinares (pedagogía, psicología, biología, neurociencia) y de contextos aplicados (aplicación de técnicas y recursos en diferentes contextos educativos, publicitarios y empresariales), es que existe una vinculación entre la evolución del conocimiento e investigación de la creatividad con una concepción que lo relaciona a una espiral que implica mayores niveles de conciencia y complejidad. Para ello, hemos considerado los estudios previos acerca de la evolución de la conciencia humana, llevados a cabo por diferentes investigadores, y los hemos contrastado con los avances en los estudios de creatividad, considerando desde la ‘Teoría del genio’ de Galton (1869), hasta las tendencias más emergentes que integran la complejidad.

Consideramos una mirada que "va hacia" la complejidad de la creatividad y a la vez que ‘proviene desde’ ella. Sin duda, la complejidad nos refiere diversos ámbitos de realidad (emergencia, indeterminismo, incertidumbre, resonancia mórfica, auto organización, intersubjetividad, estructuras disipativas, autopoiesis, holograma, orden implicado, realidades multidimensionales) y el propio E. Morin (1984) planteaba que ‘no habrá jamás una palabra clave, una idea que rija el universo’. Sin embargo, observamos que tal como señala Capra (2000), estamos siendo testigos de un fuerte interés por enfoques holísticos donde todos estos movimientos forman parte de un mismo movimiento evolutivo con una conciencia de unidad y complementariedad de las formas de conciencia.

R. Sheldrake (2000) señala “La evolución de la vida sobre la tierra y de los seres humanos como parte del proceso, antes fueron ideas despreciadas, pero fueron ideas avanzadas por visionarios como Teilhard de Chardin”. Todo ello nos ha acercado al paradigma de complejidad evolutiva propuesto por A. de la Herrán (2003, 2005, 2006).

Gráfico: Jessica C.
Gráfico: Jessica C.
La creatividad se refleja en múltiples dimensiones personales, sistémicas y universales

Nuestra propuesta teórica de los estudios en creatividad, vincula la relación intrínseca entre la creatividad, la complejidad, la evolución de la conciencia y la evolución (J. Cabrera, 2009). Con todo ello, se organiza el conocimiento de las teorías y enfoques, según los enfoques más conocidos y consensuados, hasta lo más emergente. Dividimos estos dos criterios, en cuatro niveles de creciente complejidad evolutiva, que son la base de esta estructura, clasificando el campo de la creatividad de la siguiente manera:

I. Centrada desde un tipo de individuos. Creatividad como la facultad que tienen sólo los genios o un tipo particular de personas. Categoría ‘Individual’ (teoría del genio, y teoría de la superdotación).

II. Centrada desde todas las personas. Como la facultad que tienen todas las personas. Categoría de: ‘Impulsos’ (aproximación psicodinámica y estudios desde la patología), ‘Pensamiento’ (cognitivismo clásico, teorías asociacionistas, tª del rasgo y la personalidad, inteligencias múltiples, modelo gestáltico, simulaciones con ordenador), ‘Medición’ (aproximación psicométrica, test de creatividad), ‘Estimulación’ (aproximación pragmática y sus diferentes técnicas de estimulación del pensamiento creativo) ‘Evaluación’ (enfocado a aproximaciones de indicadores de productos creativos) ‘Desarrollo humano’ (enfoque humanista y la creatividad desde la autorrealización).

III. Centrada desde el sistema. Creatividad presente en las personas y el sistema social-cultural. Categoría ‘de confluencia’ (Teoría social-cultural, teoría de la inversión, modelo componencial, teoría ecológica, teoría de la creatividad aplicada total).

IV. Centrada desde la complejidad. La creatividad considera las personas, la sociedad, la naturaleza, integrando componentes cognitivos, corporales, emocionales, espirituales y éticos. (Megatendencias, enfoque transpersonal de la conciencia, enfoque complejo, enfoque ecosistémico, teoría interactiva y psicosocial, teoría complejo-evolucionista). (J. Cabrera, 2009).

Nos interesa favorecer la comprensión de la evolución del conocimiento de la creatividad de manera sincrónica y diacrónica, no con encasillamientos, sino de una manera abierta a la discusión. Con todo ello, la orientación del estudio está dirigida al ámbito de la formación presentando los principales lineamientos del Enfoque Transdisciplinar.

Creatividad para la formación

La necesidad de fundamentación del conocimiento acerca de la creatividad tiene directa relación con su aplicación en contextos formativos, dado que no podemos trabajar con personas encasillando la creatividad sólo en algún aspecto -por ejemplo, el cognitivo-, sino que es necesario ir trabajando también nuestras otras dimensiones humanas (como las corporales, emocionales, sociales, espirituales, etc.), los temas relacionados a los valores y las virtudes humanas, la ampliación de nuestra conciencia a mayor complejidad, etc. Por ello, nos cuestionamos lo siguiente: Si en los campos de formación humana se da de manera natural la complejidad de redes personales, sociales, ecológicas y contextuales, ¿cómo podríamos acercar los avances del conocimiento en creatividad desde la mirada de la complejidad a la práctica de las aulas y de los cursos de formación?

Si como dijo Leonardo da Vinci, “La práctica debe ser edificada siempre sobre una buena teoría”, trabajar la creatividad desde una perspectiva básica, transdisciplinar y de complejidad evolutiva supondrá considerarla integrando todos los aportes hasta ahora estudiados. Y más aún, considerando otros campos que cada vez con mayor claridad contribuyen a un conocimiento emergente relevante para su aplicación y de los que dan cuenta nuevas investigaciones dentro de la Neurociencia, Neurocardiología, Física cuántica y otras disciplinas ancestrales retomadas por ellas, como la meditación y sus implicaciones en los estados de conciencia y de creatividad, etc. La creatividad nos ofrece un amplio menú de posibilidades de aplicación, y a la mirada evolutiva y compleja desde la que actuamos le interesa valorar e integrar todas las opciones.

Creemos importante considerar el contexto, las personas, los talentos, las implicaciones sociales, ecológicas y evolutivas entre otras, de modo que se promueva el ser de las personas y su evolución interior y exterior en armonía con su entorno.

La formación universitaria en creatividad. Jessica C.
La formación universitaria en creatividad. Jessica C.
La investigación

Nuestro campo de estudio se sitúa de un modo principal en la formación, tanto en las aulas estudiantiles, como en las posibles acciones formativas que se dan a profesionales y trabajadores en general. Desde nuestro marco metodológico, nos hemos centrado para su análisis y reflexión, en el contexto de la formación universitaria. La investigación cuenta con tres fases en su proceso general: la primera comprende una profundización teórica que en todo el recorrido nos lleva a situarnos en los enfoques emergentes de la transdisciplinariedad y complejidad, para desde allí plantear una propuesta con una perspectiva integral de los enfoques en creatividad; la segunda, una profundización en el enfoque transdisciplinar realizada a través de una estancia de trabajo con un grupo internacional de investigación en la Universidad de Barcelona y la tercera, la elaboración de un instrumento que nos lleva a la recolección de información en diferentes contextos académicos incluyendo la estancia final realizada en la Universidad de Coimbra, Portugal. Esta fase pretendió acercarse con mayor profundidad a la forma de comprender, aplicar y experimentar la creatividad de las/os expertas/os participantes del estudio.

El estudio se desarrolla mediante una metodología mixta o integradora con técnicas e instrumentos cuantitativos y cualitativos que han requerido un arduo trabajo de revisión teórica desarrollada y un proceso de validación del instrumento asociado tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo, para la credibilidad de los resultados. En consecuencia, logramos entrevistar a cuarenta y cuatro especialistas en creatividad provenientes de catorce países. Luego los datos han sido analizados con el apoyo de programas informáticos adecuados (SPSS, QDA MINER).

Este proceso comprendió la profundización en los enfoques de creatividad y una aproximación a la síntesis de dichos enfoques y teorías con ideas fuerza o relevantes deducidas de ellos e inducidas del análisis de sus estudios más relevantes. Todo su proceso de elaboración fue contrastado con expertos en creatividad que además eran buenos conocedores de su teoría y de su historia.
Gráfico: Jessica C.
Gráfico: Jessica C.
Ya en los umbrales del problema de investigación, se reconoce que es general la presencia de la creatividad en todos los ámbitos de la existencia, y no son poco los esfuerzos que se hacen para promoverla en el contexto de formación universitaria. A partir de ello nos cuestionamos el siguiente triple problema complejo: (1) Si la creatividad ha sido y es objeto de estudio de un modo fragmentado, cómo se está comprendiendo y aplicando la creatividad desde sus experiencias formativas-investigativas (2) Desde esta cuestión e íntimamente relacionada con ella surge la inquietud motriz de este estudio, a saber, desde qué enfoques se comprende y aplica la creatividad. (3) En estrecha relación con lo anterior nos preguntamos cuál es la tendencia en los enfoques en quienes forman e investigan en creatividad actualmente.

Los resultados de la primera fase del estudio nos proporciona la síntesis de la propuesta teórica realizada en torno un modelo denominado: ‘Modelo de tendencias en creatividad desde una conciencia de complejidad evolutiva’ o ‘Modelo en tendencias en creatividad cCC’.

Los resultados a la segunda fase confirma que los atributos transdisciplinares para la formación universitaria son bien valorados por las/os especialistas participantes para ser aplicados en la formación en creatividad.

A partir de la tercera fase, pudimos comprobar la alta valoración del modelo teórico propuesto, por cuanto fue sometido a valoración anónima con los expertas/os participantes obteniendo la más alta puntuación entre varios presentados. Por otra parte, utilizando nuestro modelo de tendencias en creatividad, pudimos analizar con mayor facilidad los resultados que nos dieron cuenta de que los participantes del estudio revelan una clara orientación hacia la complejidad en la comprensión y aplicación de la creatividad. Pese a ello, las concepciones predominantes sobre creatividad en la propia experiencia, frecuentan más el campo del hacer que del ser, y por otro parte, una tendencia en referir al contexto como aquello que mayormente dificulta el desarrollo de la propia creatividad.

De todo ello podemos señalar, que como es natural, la formación y/o autoformación que se ha tenido en creatividad, se fundamenta mayormente en las teorías cognitivas y hasta el enfoque humanista, y que en este sentido, las teorías componenciales y las más emergentes, como lo son los enfoques de transdisciplinariedad y complejidad, están todavía en menor rango de conocimiento en la formación en creatividad. No obstante, el valor de esta comparación, señala que la forma de comprender la creatividad está orientada a lo sistémico y de complejidad.

El complejo campo de la creatividad
El complejo campo de la creatividad
La creatividad implica hoy mayores niveles de conciencia y de complejidad

Las conclusiones generales de la investigación nos llevan a considerar que el modelo propuesto, puede ser una aportación válida para representar el campo de estudio de la creatividad, que además incorpora un indudable valor didáctico. En síntesis, las conclusiones más destacadas del estudio son, en primer lugar, que tanto el conocimiento como la comprensión, aplicación y vivencia de la creatividad evolucionan hacia mayores niveles de conciencia y complejidad. Y en segundo lugar, que la perspectiva de la transdisciplinariedad y la complejidad aportan fundamentos útiles para el desarrollo de una formación en creatividad con mayor amplitud de conciencia.

Entendemos que la creatividad ha trascendido fronteras externas e internas y está abierta a muchas posibilidades de estudio, comprensión, desarrollo y práctica. Trabaja con diferentes dimensiones del ser, con el contexto, con diferentes expresiones y con diferentes recursos. Desde esta apertura se necesita profundizar en los estudios más emergentes y extraer sus evidencias que favorezcan su aplicación en contextos de formación, para ofrecer una propuesta orientadora desde la complejidad y transdisciplinariedad, e idear otros instrumentos y orientaciones didácticas para la práctica. Los beneficios de su estudio ampliarán la discusión, no sólo sobre el ámbito formativo vinculado a la creatividad, sino además sobre sus raíces y orientación, pudiendo beneficiarse a profesores, facilitadores y alumnas/os.

Desde esta investigación, podremos anhelar una comprensión más compleja, más profunda, más amplia e incluso mejor orientada de una creatividad más libre de condicionamientos disciplinares que puedan limitar su conocimiento y aplicación. Aspirar a una creatividad donde la ética, los valores y las virtudes humanas puedan participar de un modo más activo y más consciente del desarrollo y formación de las y los profesoras/es y donde cada persona pueda reconocer, valorar y compartir su potencial creativo y creador, para beneficio de todos y del entorno social y ecosistémico.



Jessica Cabrera Cuevas es Doctora Europea en Creatividad Aplicada y Académica de la Universidad Autónoma de Madrid. Este artículo es un resumen de la tesis doctoral de la autora, "Creatividad, conciencia y complejidad: una contribución a la epistemología de la creatividad para la formación", dirigida por el Dr. Agustín de la Herrán Gascón.

Los Humildes Son Más Sensibles Socialmente

 

Los individuos de clase baja empatizan más con el sufrimiento ajeno

El estatus socioeconómico define culturas sociales más cooperativas o más individualistas, revela un estudio

Una investigación realizada por científicos de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, ha revelado que las personas que pertenecen a clases socioeconómicas más bajas sintonizan más con el sufrimiento ajeno, incluso a nivel fisiológico, y expresan mayor compasión hacia los demás que los individuos pudientes. Los autores del estudio señalan que estos resultados, obtenidos en tres experimentos realizados con 300 personas, sugieren la existencia de culturas distintas (más cooperativas o más individualistas) en las diversas clases sociales. Por Yaiza Martínez.

 

Una investigación realizada por científicos de la Universidad de California en Berkeley (UC Berkeley), Estados Unidos, ha revelado que las personas que pertenecen a clases socioeconómicas más bajas sintonizan más con el sufrimiento ajeno, incluso a nivel fisiológico, y expresan mayor compasión hacia los demás que los individuos pudientes.

El estudio constató que personas de clase media alta y de clase alta fueron menos capaces de detectar y de responder a las muestras de angustia de otros individuos.

Asimismo, en general se estableció que el estatus socioeconómico está relacionado con el nivel de empatía y de compasión que demuestra la gente ante situaciones con carga emocional.

 

Diversas clases, culturas distintas

Según declaraciones de la directora del estudio, la psicólogo social de la UC Berkeley, Jennifer Stellar, recogidas en un comunicado de dicha universidad: “Esto no significa que las personas de clase alta no tengan empatía, solamente no son expertas en reconocer los indicios y las señales del sufrimiento ajeno, porque no han tenido que lidiar con demasiados obstáculos en sus propias vidas”.

Los hallazgos de Stellar y sus colaboradores desafían los resultados de estudios previos en los que se había señalado que la gente de clase baja es más propicia a la ansiedad y la hostilidad en situaciones adversas.

Stellar señala que: “Estos nuevos resultados indican que existe una cultura de la compasión y de la cooperación entre los individuos de clases bajas, que podría surgir de las amenazas a su bienestar que éstos padecen”.

La investigadora señala que los hallazgos no deberían acentuar la lucha entre clases, sino ayudar a comprender la diversidad cultural correspondiente a las distintas clases sociales.

Así, el estudio sugiere que las personas de estatus socioeconómico más bajo serían más cooperativas, mientras que los individuos de clase alta, al estar más centrados en sí mismos por haber crecido con mayor libertad y autonomía, se desenvuelven mejor en entornos individualistas y competitivos.

Altos niveles de compasión

Para la investigación, Stellar y su equipo analizaron a más de 300 estudiantes universitarios adultos, pertenecientes a distintas etnias. Los participantes fueron divididos en tres grupos, para la realización de tres experimentos distintos.

La identificación de la clase social de cada voluntario (clase baja, clase media baja, clase media, clase media alta o clase alta) fue definida a partir de los ingresos y de la educación de sus padres.

 

Jennifer Stellar. Fuente: UC Berkeley.
Jennifer Stellar. Fuente: UC Berkeley.
En el primer experimento, se evaluó la frecuencia y la intensidad con que 148 de los estudiantes experimentaban emociones como alegría, satisfacción, orgullo, amor, compasión, diversión y temor.

Además, los participantes informaron su grado de acuerdo con frases como “cuando veo a otra persona sufriendo o pasando necesidades, siento una urgencia poderosa de cuidarla” o “a menudo me doy cuenta de que alguien necesita ayuda”.

En este experimento, se constató que la compasión fue la única emoción positiva informada a niveles más altos por los participantes de clase baja.

Empatía y ritmo cardiaco

En un segundo experimento, se mostró a un grupo de 64 participantes dos vídeos. Uno de ellos era instructivo, sobre construcciones. El otro era un vídeo con carga emotiva, que versaba sobre familias enfrentadas al desafío de tener un hijo enfermo de cáncer.

Todos los participantes permanecieron indiferentes ante el video instructivo, e informaron que se sentían tristes al ver el video de las familias. Sin embargo, los estudiantes de clases más bajas fueron los que informaron de mayores niveles de compasión y empatía hacia los protagonistas de las historias.

En este caso, los investigadores también monitorizaron el ritmo cardiaco de los participantes cuando éstos veían ambos vídeos. Las mediciones demostraron que el ritmo cardiaco de los estudiantes de clases más bajas se había reducido más que en el resto de individuos.

A este respecto, Stellar explica: “Podría asumirse que ver a otra persona sufrir provoca estrés y un aumento del ritmo cardiaco. Pero hemos descubierto que, cuando se siente compasión, el ritmo cardiaco se reduce, como si el cuerpo se calmara a sí mismo para cuidar de otra persona”.

Primer paso hacia la respuesta compasiva

Finalmente, en un tercer experimento, se dividió aleatoriamente a 106 participantes por parejas y se les pidió que se enfrentaran entre ellos en entrevistas falsas para la obtención de un puesto de director de laboratorio.

Para fomentar el nivel de estrés de las entrevistas, se le dijo a los estudiantes que aquéllos que lo hicieran mejor ganarían además un premio en metálico. Las declaraciones de los participantes tras las entrevistas demostraron que los individuos de clases más bajas percibieron que sus rivales habían sufrido gran cantidad de estrés, ansiedad y ofuscación durante el experimento. Como resultado, estos individuos afirmaron haber sentido compasión y simpatía por sus propios competidores.

Por el contrario, los participantes de clases más altas fueron menos capaces de detectar las señales de estrés emocional de sus rivales.

Según Stellar: “Reconocer el sufrimiento ajeno es el primer paso hacia la respuesta compasiva. Estos resultados sugieren, no que las personas de clase alta no se preocupen por los demás, sino que, simplemente, no son buenas percibiendo el estrés o la ansiedad de otros”.

Estudio previo

Los resultados de esta investigación coinciden en parte con los obtenidos en un estudio previo, realizado por especialistas de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) en 2010.

En él, se constató también que las personas pobres tienen mayor capacidad empática que las personas ricas en experimentos realizados tanto con fotografías como en interacciones sociales con personas reales.

Los autores de este estudio señalaron entonces que la causa de esta diferencia podría estar en que las personas con bajo nivel de ingresos y un bajo nivel educativo tienen que ser más sensibles a los demás para subsistir, es decir, deben sacar mayor provecho de su empatía, para responder a las amenazas sociales y para reaccionar ante las oportunidades que la sociedad ofrece.

 

La Monogamia es Más Ventajosa Evolutivamente

No hace mucho se publicaron estudios científicos que certificaban que el matrimonio, el buen matrimonio, ayuda a vivir más saludablemente y por más tiempo. Ahora un estudio revela que la monogamia es más ventajosa. Ojo, que la bigamia y multigamia se da incluso en países occidentales también, solo que no a nivel legal, las infidelidades repetidas dan cuenta de ello. Está claro, la mal llamada "diversidad sexual" es un atavismo, un retroceso evolutivo, la ciencia lo certifica. La era de la "revolución sexual" ha pasado, es hora de retornar al hogar, con un nuevo y más renovado sentido familiar.

 

La monogamia reduce los problemas sociales de las sociedades polígamas

 

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Un estudio sobre el matrimonio monógamo sugiere que éste se generalizó porque entraña diversas ventajas evolutivas

En las sociedades en las que está permitido a los hombres tener múltiples esposas, hay niveles más altos de crímenes, violencia, pobreza y desigualdad entre ambos sexos que en las sociedades en las que la monogamia se practica y está institucionalizada. Pero la monogamia entraña otras ventajas sociales, como el hecho de favorecer una atención esmerada a los hijos. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en Canadá, cuyos resultados sugieren que la monogamia ha sustituido a la poligamia en los últimos siglos por razones evolutivas. Por Yaiza Martínez.

 

Fuente: photoXpress.
Fuente: photoXpress.
En las sociedades en las que está permitido a los hombres tener múltiples esposas, hay niveles más altos de crímenes, violencia, pobreza y desigualdad entre ambos sexos que en las sociedades en las que la monogamia se practica y está institucionalizada.

Este es uno de los hallazgos clave de un nuevo estudio realizado por especialistas de la Universidad de British Columbia (UBC), en Canadá, en el que se han analizado las causas de la generalización global del matrimonio monógamo como institución cultural dominante.

La investigación sugiere que este tipo de matrimonio remplazó rápidamente a la poligamia porque produce un menor nivel de problemas sociales inherentes.

Problemas derivados de la poligamia

Según declaraciones del antropólogo de la UBC, Joseph Henrich, director del estudio, recogidas en un comunicado de dicha Universidad: “Nuestro objetivo era comprender porqué el matrimonio monógamo se ha convertido en el modelo imperante en los últimos siglos en la mayor parte de las naciones desarrolladas, cuando la mayoría de las culturas conocidas han practicado la poligamia”.

La poligamia, de hecho, aún se practica en algunas partes de África, Asia, Oriente Medio y Norteamérica. En otros países, ha sido anulada sólo recientemente: en Nepal en 1963, en la India (parcialmente) en 1955, y en China en 1953.

“La emergencia del matrimonio monógamo resulta extraña para algunos, y mucha gente que se beneficia de la poligamia –hombres poderosos y ricos- la rechaza”, afirma Henrich.

Sin embargo, continúa el investigador: “nuestros hallazgos sugieren que el matrimonio monógamo institucionalizado proporciona mayores beneficios netos a la sociedad, porque reduce los problemas sociales inherentes a las sociedades polígamas”.
Pero, ¿cuáles son esos problemas? El análisis ha constatado que, en las sociedades polígamas, se dan niveles significativamente más altos de violaciones, secuestros, asesinatos, asaltos, robos y fraudes que en las sociedades monógamas.

Según Henrich y su equipo de investigación, en el que se encuentran los profesores Robert Boyd (de la Universidad de California en los Ángeles) y Peter Richerson (de la Universidad de California Davis), estos delitos estarían causados sobre todo por grupos de hombres que permanecen solteros porque otros hombres tienen múltiples esposas.

“La escasez de mujeres casaderas en las culturas polígamos incrementa la competencia entre los hombres por las mujeres no casadas”, afirma Henrich. Este aumento de la competencia hace que los hombres sean más propensos a tener comportamientos delictivos, para obtener más recursos y mujeres.

Ventajas de la monogamia
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Los investigadores señalan que la principal ventaja evolutiva cultural de la monogamia sobre la poligamia es la distribución más igualitaria de las esposas, lo que reduce la competencia masculina y, con ello, algunos problemas sociales.

Además, según los resultados del estudio, la monogamia permite trasladar los esfuerzos masculinos de la búsqueda de esposa a la inversión parental, con lo que se reducen las tasas de negligencia, abuso, muerte accidental, homicidios y conflictos en los hogares.

Por otra parte, el matrimonio monógamo favorece la planificación a largo plazo, la productividad económica, el ahorro y la inversión económica en los hijos.

Por último, este tipo de matrimonio aumenta en general la influencia de las mujeres en las decisiones del hogar, lo que a su vez reduce la tasa de fertilidad total e incrementa la igualdad entre ambos sexos.

Todos estos beneficios se derivan de un mayor nivel de atención parental y de la formación de grupos familiares más pequeños, sugiere la investigación.

Países donde se acepta la poligamia masculina. Fuente: Wikimedia Commons.
Países donde se acepta la poligamia masculina. Fuente: Wikimedia Commons.
Punto de vista histórico
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En un artículo escrito por Henrich y sus colaboradores sobre el presente estudio, y publicado por The Royal Society, se explica que, según los registros antropológicos, aproximadamente el 85% de las sociedades han permitido a los hombres casarse con varias mujeres.

En ellas, el hecho de desposarse de esta forma ha estado siempre relacionado positivamente con el estatus, la riqueza o la nobleza.

Con el origen de la agricultura, las sociedades humanas crecieron en extensión, complejidad y desigualdad, y los niveles de matrimonios polígamos se intensificaron, alcanzando su extremo en los imperios más antiguos, cuyos gobernantes poseían harenes inmensos.

Posteriormente, la institucionalización de la monogamia se ha visto respaldada por su adaptación por parte de algunas religiones, como el cristianismo, y ha precedido en muchas ocasiones a la democracia y a los derechos de voto de las mujeres.

Hoy día, el matrimonio monógamo está generalizado, tanto normativa como legalmente, en los países más desarrollados del mundo. Según los científicos, esta generalización se ha producido por las ventajas que, para las sociedades complejas, suponen los matrimonios monógamos.
Artículos encadenados:

Educar Para Celebrar La VIDA

 

Educar para celebrar la vida y la Tierra   


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Leonardo Boff

 

  Dada la crisis generalizada que vivimos actualmente, todas las educaciones deben incluir el cuidado de todo lo que existe y vive. Sin el cuidado, no garantizaremos una sostenibilidad que permita al planeta mantener su vitalidad, los ecosistemas, su equilibrio, y nuestra civilización, su futuro. Nos educan para el pensamiento crítico y creativo, para tener una profesión y un buen nivel de vida, pero nos olvidamos de educar en la responsabilidad y en el cuidado del futuro común de la Tierra y de la Humanidad. Una educación que no incluya el cuidado demuestra ser alienada e irresponsable. Los analistas más serios de la huella ecológica de la Tierra nos advierten que, si no cuidamos, podemos conocer catástrofes peores que las vividas este año de 2011 en Brasil y en Japón. Para mantenerse, la Tierra podrá, tal vez, tener que reducir su biosfera, eliminando especies y millones de seres humanos.

 

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Entre tantas excelencias propias del concepto de cuidado, quiero hacer hincapié en dos que interesan a la nueva educación: la integración del globo terrestre en nuestro imaginario cotidiano y el encantamiento por el misterio de la existencia. Cuando contemplamos el planeta Tierra desde el espacio exterior, surge en nosotros un sentimiento de reverencia al ver nuestra única Casa Común. Somos inseparables de la Tierra, formamos un todo con ella. Sentimos que debemos amarla y cuidarla para que nos pueda ofrecer todo lo que necesitamos para seguir viviendo.

 

La segunda excelencia del cuidado como actitud ética y forma de amor es el encantamiento que surge en nosotros por la aparición más espectacular y bella que jamás ha existido en el mundo, que es el milagro de la existencia de cada persona humana individual. Los sistemas, las instituciones, las ciencias, las técnicas y las escuelas no tienen lo que cada persona humana posee: conciencia, amorosidad, cuidado, creatividad, solidaridad, compasión y sentimiento de pertenencia a un Todo mayor que nos sustenta y anima, realidades que constituyen nuestra Profundidad.

Seguramente no somos el centro del universo. Pero somos los seres portadores de conciencia y de inteligencia, por los cuales el universo se piensa, se conciencia y se ve a sí mismo en su espléndida complejidad y belleza. Somos el universo y la Tierra que ha llegado a sentir, a pensar, a amar y a venerar. Esta es nuestra dignidad que debe ser interiorizada y que debe ser imbuida a cada persona de la nueva era planetaria.

 

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Tenemos que sentirnos orgullosos de poder desempeñar esta misión para la Tierra y para todo el universo. Solamente cumplimos con esta misión si cuidamos de nosotros mismos, de los otros y de cada ser que habita aquí.

Tal vez pocos han expresado mejor estos nobles sentimientos que el eximio músico y también poeta Pau Casals. En un discurso en la ONU en los años 80 del siglo pasado, se dirigía a la Asamblea General pensando en los niños como el futuro de la nueva humanidad. Su mensaje vale también para nosotros, los adultos. Decía:

El niño tiene que saber que él mismo es un milagro, que desde el principio del mundo, jamás ha habido otro niño igual y que en todo el futuro, jamás aparecerá otro niño igual a él. Cada niño es único, desde el principio hasta el fin de los tiempos. Así el niño asume una responsabilidad al confesar: es verdad soy un milagro. Soy un milagro igual que el árbol es un milagro. Y siendo un milagro ¿podría hacer el mal? No, pues soy un milagro. Puedo decir Dios o Naturaleza, o Dios-naturaleza. Poco importa. Lo que importa es que soy un milagro hecho por Dios y hecho por la naturaleza. ¿Podría yo matar a alguien? No. No puedo. ¿Y otro ser humano, que también es un milagro como yo, podría matarme a mí? Creo que lo que estoy diciendo a los niños, puede ayudar a hacer surgir otro modo de pensar el mundo y la vida. El mundo de hoy es malo; sí, es un mundo malo. El mundo es malo porque no hablamos a los niños así como yo les estoy hablando ahora y de la manera que necesitan que les hablemos. Entonces el mundo no tendrá más razones para ser malo.

 

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Aquí se revela gran realismo: cada realidad, especialmente la humana, es única y preciosa, pero al mismo tiempo vivimos en un mundo conflictivo, contradictorio y con aspectos aterradores. Así y todo, hay que confiar en la fuerza de la semilla. Ella está llena de vida. Cada niño que nace es una semilla de un mundo que puede ser mejor. Por eso, vale la pena tener esperanza. Un paciente de un hospital psiquiátrico que visité, pirograbó en una tablilla que después me regaló: «Siempre que nace un niño es señal de que Dios todavía cree en el ser humano». No es necesario decir más, pues en estas palabras se encierra todo el sentido de nuestra esperanza frente a los males y las tragedias de este mundo.

 

Ayudar A Los Demás Nos Hace Sentir Mejor

Si bien es cierto que ciertos controles son necesarios para la cooperación, la neurología ha demostrado que son las gratificaciones y los beneficios los que más aportan para que se de el ambiente de cooperación. Al final la idea de AMOR FRATERNAL es más poderosa que la imposición de cooperación por la fuerza.

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Ayudar a los demás activa las regiones cerebrales de recompensa

Ejercer el apoyo tiene el mismo efecto que otros tipos muy básicos de experiencias gratificantes, revela un estudio de la UCLA

Prestar ayuda a un ser querido supone un beneficio para el que lo ofrece y no sólo para el destinatario, revela un nuevo estudio basado en imágenes cerebrales realizado por científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Los investigadores analizaron el comportamiento de ciertas regiones del cerebro de 20 mujeres, a las que se dejó o no ayudar a sus parejas mientras ellos recibían descargas eléctricas. Los resultados demostraron que cuando las mujeres ayudaban al ser querido, las áreas cerebrales vinculadas con la recompensa se activaban. Cuando no lo hacían, esas mismas regiones reducían su actividad. Por Maricar García.

 

"Cuando se habla de que ofrecer ayuda social es bueno para nuestra salud, por lo general se asume que los beneficios provienen del apoyo que recibimos de los demás, pero ahora parece también probable que algunos de los beneficios para la salud provengan en realidad del apoyo que brindamos a otros", ha señalado Naomi Eisenberger, profesora asistente de Psicología de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) y autora principal de un estudio sobre ayuda y salud, publicado en la edición digital de la revista Psychosomatic Medicine.

Según una nota de prensa de la UCLA, Eisenberger y el alumno de Psicología Tristen Inagaki analizaron a 20 parejas jóvenes y heterosexuales en el Centro de Cartografía Cerebral Ahmanson Lovelace.

Las 20 mujeres de estas parejas se sometieron a una resonancia magnética funcional (fMRI), que permite realizar escáneres cerebrales, mientras sus novios estaban fuera del escáner y recibían dolorosas descargas eléctricas. A veces, las mujeres podían ofrecer apoyo cogiendo el brazo de sus parejas, mientras que en otras ocasiones, tenían que ver a sus novios recibir descargas sin poder ayudarles (en estos casos, las mujeres agarraban una pelotita antiestrés). En otras ocasiones, los novios no recibían descargas, y las mujeres podían decidir si tocarlos o no.

Los científicos descubrieron que cuando las mujeres ofrecieron apoyo a sus novios ante el dolor, éstas tuvieron una mayor actividad en las regiones relacionadas con la recompensa del cerebro, incluyendo el estriado ventral y el área septal. Además, cuanta mayor era la recompensa cerebral que experimentaban estas mujeres, más unidas a sus parejas decían sentirse. Por el contrario, cuando las mujeres no brindaron dicho apoyo, estas regiones mostraron una disminución de la actividad.

"Una de estas áreas, el estriado ventral, suele estar activa como respuesta a recompensas simples como el chocolate, el sexo y el dinero", ha explicado Eisenberger. "El hecho de que el apoyo también active esta región sugiere que pueda ser procesado por el cerebro como un tipo muy básico de experiencia gratificante", comenta.
Naomi Eisenberger, una de las autoras de la investigación, directora del Laboratorio de Neurociencia Afectiva y Social de la UCLA. Fuente: Reed Hutchinson/UCLA.
Naomi Eisenberger, una de las autoras de la investigación, directora del Laboratorio de Neurociencia Afectiva y Social de la UCLA. Fuente: Reed Hutchinson/UCLA.
Para reducir el estrés

Los investigadores también han observado otro interesante patrón de actividad neuronal en el área septal. Además de ser un centro de placer, esta región desempeña un papel en el aumento o la reducción del estrés, mediante la inhibición de otras regiones del cerebro que procesa amenazas, como la amígdala.

Los investigadores encontraron que las mujeres que mostraron una mayor actividad en el área septal también mostraron una menor actividad en la amígdala.

"Este hallazgo sugiere que el apoyo dado puede repercutir directamente en la persona que proporciona ese mismo apoyo, reduciendo su estrés", cuenta Eisenberger, quien dirige el Laboratorio de Neurociencia Afectiva y Social de la UCLA. "La actividad en el área septal mientras se ofrece apoyo tuvo una correlación negativa con la actividad en la amígdala, que es una región conocida por desempeñar un papel en las respuestas de miedo y el estrés. Si existe alguna relación entre dar ayuda y la reducción de la actividad en esa amígdala, significa que dicha ayuda reduce el estrés".

Otros beneficios

"Ayudar a los demás tiene beneficios", cuenta Inagaki, el autor principal del estudio, quien ha recibido diferentes becas de investigación por la National Science Foundation y el programa Jacob K. Javits. "Incluso vimos más actividad en estas regiones del cerebro cuando las mujeres daban su apoyo que cuando tocaban a su novio y él no estaba sufriendo una descarga, se podría pensar que sería más agradable al tacto cuando él no está pasando por algo doloroso, pero nos encontramos con lo contrario, lo cual resulta sorprendente”.

Eisenberger cree que los beneficios por la prestación de apoyo también se aplican cuando un ser querido está experimentando otro tipo de suceso estresante, como pueden ser las situaciones emocionalmente dolorosas.

"Dar apoyo a las personas que están cerca, ya sean miembros de la familia o hijos, puede aumentar su probabilidad de supervivencia y, por tanto, la posibilidad de que los genes consigan transmitirse", comenta Eisenberger. "Debido a la importancia de ofrecer ayuda para la supervivencia de nuestra especie, es posible que a lo largo de nuestra historia evolutiva, ayudar a los demás pueda haber llegado a ser psicológicamente gratificante, para asegurar que este comportamiento persiste".

En la actualidad, Eisenberger y Inagaki están llevando a cabo más investigaciones sobre cómo ayudar a los demás puede reducir nuestras respuestas al estrés y, finalmente, contribuir a una mejora de la salud. La presente investigación fue financiada por el Senado Académico de la UCLA.

Cuatro Principios y Cuatro Virtudes Para Una Nueva Civilización

 

 Frente a la crisis: cuatro principios y cuatro virtudes

Leonardo Boff

Goza de plena actualidad esta frase de Einstein: «el pensamiento que ha creado la crisis no puede ser el mismo que va a solucionarla». Es demasiado tarde para hacer sólo reformas, éstas no cambian el pensamiento. Necesitamos partir de otro pensamiento, fundado en principios y valores que puedan sustentar un nuevo ensayo de civilización. O si no, tendremos que aceptar un camino que nos lleva al precipicio. Los dinosaurios ya lo recorrieron.

Mi sentimiento del mundo me dice que hay cuatro principios y cuatro virtudes capaces de garantizar un futuro bueno para la Tierra y la vida. Aquí solamente voy a enunciarlos, sin espacio para profundizar en ellos, cosa que he hecho en varias publicaciones en los últimos años.

El primero es el cuidado. El cuidado es una relación de no agresión y de amor a la Tierra y a cualquier otro ser. El cuidado se opone a la dominación que caracteriza el viejo paradigma. El cuidado regenera las heridas pasadas y evita las futuras. Retarda la fuerza irrefrenable de la entropía y permite que todo pueda vivir y durar más. Para los orientales lo equivalente al cuidado es la compasión; por ella nunca se deja abandonado al que sufre; se camina, se solidariza y se alegra uno con él.

El segundo es el respeto. Cada ser posee un valor intrínseco, independientemente de su uso humano. Expresa alguna potencialidad del universo, tiene algo que revelarnos y merece existir y vivir. El respeto reconoce y acoge al otro como otro y se propone convivir pacíficamente con él. Ético es respetar ilimitadamente todo lo que existe y vive.

El tercero es la responsabilidad universal. Por ella, el ser humano y la sociedad se dan cuenta de las consecuencias benéficas o funestas de sus acciones. Ambos tienen que cuidar la cualidad de las relaciones con los otros y con la naturaleza para que no sean hostiles sino amigables hacia la vida. Con los medios de destrucción ya fabricados, la humanidad, por falta de responsabilidad, puede autoeliminarse y dañar la biosfera.

El cuarto principio es la cooperación incondicional. La ley universal de la evolución no es la competición en la que gana el más fuerte, sino la interdependencia de todos con todos. Todos cooperan entre sí para coevolucionar y para asegurar la biodiversidad. Por la cooperación de unos con otros, nuestros antepasados se volvieron humanos. El mercado globalizado está gobernado por la más rígida competición, sin espacio para la cooperación. Por eso, campean el individualismo y el egoísmo que subyacen a la crisis actual y que han impedido hasta ahora cualquier consenso posible frente a los cambios climáticos.

Estos cuatro principios deben venir acompañados de cuatro virtudes, imprescindibles para la consolidación del nuevo orden.

La primera es la hospitalidad, virtud primordial, según Kant, para la república mundial. Todos tenemos el derecho de ser acogidos, lo que se corresponde con el deber de acoger a los otros. Esta virtud será fundamental frente al flujo de los pueblos y los millones de refugiados climáticos que surgirán en los próximos años. No debe haber, como hay, extra-comunitarios.

La segunda es la convivencia con los diferentes. La globalización del experimento hombre no anula las diferencias culturales con las cuales tenemos que aprender a convivir, a intercambiar, a complementarnos y a enriquecernos con los intercambios mutuos.

La tercera es la tolerancia. No todos los valores y costumbres culturales son convergentes y de fácil aceptación. De ahí se impone la tolerancia activa de reconocer el derecho del otro de existir como diferente y garantizarle su plena expresión.

La cuarta es la comensalidad. Todos los seres humanos deben tener acceso solidario y suficiente a los medios de vida, y seguridad alimentaria. Deben poder sentirse miembros de la misma familia que comen y beben juntos. No sólo es la nutrición necesaria, se trata de un rito de confraternización.

Todos los esfuerzos serán en balde si la Río+20 de 2012 se limita solamente a discutir medidas prácticas para mitigar el calentamiento global, sin discutir otros principios y valores que pueden generar un consenso mínimo entre todos y dar así sostenibilidad a nuestra civilización. En caso contrario, la crisis continuará su acción corrosiva hasta transformarse en una tragedia. Tenemos medios y ciencia para alcanzar esta sostenibilidad. Sólo nos falta voluntad y amor a la vida, la nuestra y la de nuestros hijos y nietos. Que el Espíritu que preside la historia no nos falte.

Otro Estudio Comprueba Que La Espiritualidad Da Más Felicidad

Según una bateria de estudios, las y los religiosos son más felices en general que los agnósticos y ateos. En el caso de las espiritualidades más evolucionadas, este nivel de felicidad puede ser más alto, ya que se conjuga la razón con la Fe y una autonomía de pensamiento elevada. Obviamente, en sociedades sin seguridad social, la Fe garantiza más felicidad y más resilencia para superar las situaciones contrarias al bienestar del individuo y la sociedad.

 

Los individuos religiosos son más felices en las sociedades pobres

La relación positiva entre religiosidad y bienestar radica en el apoyo social, revela un estudio

Un análisis de datos de la Encuesta Gallup, recogidos en más de 150 países del planeta y referidos a afiliaciones religiosas y al bienestar individual, ha revelado que la gente religiosa es más feliz, pero sólo si vive en países o sociedades pobres que no les proporcionan seguridad, oportunidades laborales o una buena educación. Por el contrario, en las sociedades más desarrolladas, las personas religiosas y las no religiosas afirman ser prácticamente igual de felices. Según los autores del estudio, estos resultados sugieren que la relación positiva entre religiosidad y felicidad radicaría en la garantía del apoyo social. Por Marta Lorenzo.

 

En los últimos tiempos, varios estudios han analizado la relación entre felicidad y religión, con conclusiones diversas.

La última de estas investigaciones ha sido la realizada por psicólogos de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, cuyos resultados sugieren que en sociedades sometidas a situaciones de presión hay más personas religiosas que no religiosas, y que las primeras son más felices que las segundas.

Por el contrario, cuando las sociedades viven en paz y plenitud, la participación religiosa suele ser más baja y todos los ciudadanos son más felices en general, independientemente de si son religiosos o no.

Primer análisis a escala global

Para el presente estudio fueron analizados datos de la Encuesta Gallup del periodo 2005-2009, recogidos en más de 150 países del planeta.

Según explica el director del estudio, el psicólogo Ed Diener, en un comunicado emitido por la Universidad de Illinois, éste sería por tanto el primer estudio que analiza la religión y su relación con la felicidad en una escala global.

La Encuesta Gallup, que consiste en sondeos de opinión que con frecuencia son usados por los medios de comunicación masivos para representar a la opinión pública, aplica típicamente un método de muestreo aleatorio simple, para mantener al mínimo los niveles de parcialidad.

Los datos de la Encuesta Gallup revisados en este caso fueron los referidos a cuestiones como la afiliación religiosa, la satisfacción vital, el respeto, el apoyo social o los sentimientos negativos y positivos de los encuestados. Los investigadores también analizaron datos de la Encuesta Gallup 2009, referidos concretamente a Estados Unidos.

Depende de la sociedad

Diener explica que, los resultados de estudios anteriores, muchos de éstos centrados en Estados Unidos, habían sugerido que la gente religiosa tendía a ser más feliz que la no religiosa.

Las constataciones realizadas en este nuevo estudio, sin embargo, indican que la religiosidad y la felicidad estarían estrechamente ligadas a las características de las sociedades en que la gente vive.

 

En los últimos tiempos, varios estudios han analizado la relación entre felicidad y religión, con conclusiones diversas.

La última de estas investigaciones ha sido la realizada por psicólogos de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, cuyos resultados sugieren que en sociedades sometidas a situaciones de presión hay más personas religiosas que no religiosas, y que las primeras son más felices que las segundas.

Por el contrario, cuando las sociedades viven en paz y plenitud, la participación religiosa suele ser más baja y todos los ciudadanos son más felices en general, independientemente de si son religiosos o no.

Primer análisis a escala global

Para el presente estudio fueron analizados datos de la Encuesta Gallup del periodo 2005-2009, recogidos en más de 150 países del planeta.

Según explica el director del estudio, el psicólogo Ed Diener, en un comunicado emitido por la Universidad de Illinois, éste sería por tanto el primer estudio que analiza la religión y su relación con la felicidad en una escala global.

La Encuesta Gallup, que consiste en sondeos de opinión que con frecuencia son usados por los medios de comunicación masivos para representar a la opinión pública, aplica típicamente un método de muestreo aleatorio simple, para mantener al mínimo los niveles de parcialidad.

Los datos de la Encuesta Gallup revisados en este caso fueron los referidos a cuestiones como la afiliación religiosa, la satisfacción vital, el respeto, el apoyo social o los sentimientos negativos y positivos de los encuestados. Los investigadores también analizaron datos de la Encuesta Gallup 2009, referidos concretamente a Estados Unidos.

Depende de la sociedad

Diener explica que, los resultados de estudios anteriores, muchos de éstos centrados en Estados Unidos, habían sugerido que la gente religiosa tendía a ser más feliz que la no religiosa.

Las constataciones realizadas en este nuevo estudio, sin embargo, indican que la religiosidad y la felicidad estarían estrechamente ligadas a las características de las sociedades en que la gente vive.