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Ciencia y Espiritualidad

Se Necesita de lo Trascendente (Espiritual) Para Entender la Realidad

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Ciencia y Fe no pueden mezclarse, mas tampoco pueden ir separadas. Finalmente lo espiritual es lo que da sentido teleológico y trascendente al mundo, un sentido necesario para que la conducta humana se regule y se armonice nuevamente con la naturaleza y lo cósmico creador, algo ya evidenciado por la ciencia.

 

Para probar la consistencia de la realidad es necesario dar un salto metafísico

 

Matemáticas y religión, un libro sobre nuestros lenguajes de signos y símbolos

Las matemáticas son insuficientes para probar la consistencia de la realidad. Es necesario dar un salto metafísico, explica Javier Leach en su libro Matemáticas y Religión. A su entender, la necesaria apertura de los lenguajes formal y científico supone una buena posibilidad para que los lenguajes de la metafísica y la religión propongan ideas acerca de por qué el mundo es tal cual. Ahora bien, las reflexiones teológicas no pueden ser independientes de los resultados científicos y matemáticos. Por Manuel Béjar.

 

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Las matemáticas desempeñan un rol especial en la capacidad del hombre para comunicar su visión de la realidad. Está clara la función de las matemáticas en ciencia. En su libro Matemáticas y Religión, Javier Leach ofrece además una interesante perspectiva acerca de cómo las matemáticas pueden conducirnos hacia la metafísica de la realidad. Se trata de una obra que guía pedagógicamente al lector a través de las dimensiones del lenguaje y sus respectivas imágenes del mundo: formal, científica y metafísica.

La habilidad del hombre para entender los distintos tipos de lenguajes humanos facilita la formulación de las grandes cuestiones metafísicas de la realidad. Ante un mundo en trepidante cambio, el lenguaje de las ciencias se ha revalorizado y las matemáticas han conquistado una posición de frontera en el arte de comprender coherentemente ciencia, filosofía y religión.

 

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Sobre el autor


Javier Leach es director de la Cátedra CTR (Universidad Comillas) desde su creación en 2003. Estudió teología en Frankfurt después de finalizar estudios avanzados en matemáticas. Actualmente, es profesor de lógica y matemáticas en la escuela de ciencia computacional en la universidad Complutense de Madrid.

Además de su indiscutible formación académica, Leach ha promovido la organización de interesantísimos seminarios y exitosos congresos internacionales en ICAI sobre apasionantes temas de la materia, el cosmos, el origen de la vida y su evolución, el cerebro y la conciencia, el sentido de la tecnología y los programas energéticos, las religiones y sus teologías, así como de la racionalidad, el pensamiento y la formalización matemática.

Matemáticas y ciencias naturales


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Las matemáticas se han consolidado como el principal lenguaje de las ciencias naturales. Sin embargo, matemáticas y ciencias naturales representan dos tipos diferenciados de lenguaje. Las matemáticas hacen referencia a los objetos de la mente y las ciencias a los objetos de los sentidos. El lenguaje matemático es más puro y abstracto en sí mismo, mientras que el lenguaje de las ciencias naturales destaca por ser representacional, es decir, referido a las sensaciones.

Las ciencias no pueden reducirse a una estricta formalización matemática, ni las matemáticas a la pureza de la lógica formal. La intuición está presente en el quehacer matemático. El sueño de Hilbert de reducir las matemáticas a la pura lógica terminó en las pesadillas de las paradojas de Frege-Russell. Luego, lógica formal y matemáticas no son lo mismo. Existen intuiciones lógicas y matemáticas inseparables de la experiencia sensorial. Las ciencias, además, usan el lenguaje representacional en sus modelos de la realidad.

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La pureza del lenguaje matemático carece de la potencia necesaria para describir la realidad última. La lógica no trasciende la subjetividad humana. Existen lógicas distintas a la propuesta bimodal de Aristóteles: verdadero o falso. La pluralidad de lógicas parece contradecir la pureza del método formal. Supuesta esta subjetividad formal es razonable incluir un lenguaje simbólico que, sin ser puramente lógico, puede ser consistente.

Lenguaje metafísico

 

 

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La metafísica trata la realidad última. Las ciencias asumen la existencia de la realidad. La metafísica indaga en la racionalidad y consistencia ontológica de la realidad, así como de la posibilidad epistemológica de conocerla. En última instancia se pregunta por qué existe el ser en lugar de nada. El lenguaje metafísico es distinto del científico o matemático. Es el lenguaje simbólico para describir las causas absolutas de la realidad.

Referirse a lo último en matemáticas es pensar el infinito. El infinito puede pensarse en referencia a la construcción ilimitada de objetos que se suceden lógicamente formando una serie potencialmente infinita. Aunque no sea posible construir el final de la serie, en su conjunto puede pensarse que la serie es infinita en acto. Cantor demostró que es imposible referirse a un infinito absoluto, pues siempre existe la posibilidad ilimitada de un transinfinito que, lógicamente tampoco puede ser construido.

 

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La realidad del infinito trasciende las fronteras del mundo físico y, en consecuencia, infinito es una palabra propia del lenguaje matemático y metafísico. A diferencia del lenguaje matemático, la confirmación de las proposiciones metafísicas no requiere solo de la validez de la demostración según un sistema deductivo formal, sino también de la confirmación de su existencia ontológica.

Orígenes de las matemáticas

 

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Los lenguajes formales, científicos y metafísicos se solapan complementariamente. La facultad humana para preguntarse por la realidad metafísica evolucionó a la par del desarrollo cultural matemático. El tránsito histórico desde el origen de la abstracción numérica hasta la presente formalización lógica-matemática, aconteció lentamente durante unos 2500 años de desarrollo teoremático y una reciente naturalización de las matemáticas al servicio del lenguaje científico.

Leach distingue seis estadios hasta la aparición de las matemáticas hacia el 500 a.C.: i) lenguaje para describir las intuiciones numéricas, ii) abstracción numérica y geométrica, iii) representación de las relaciones numéricas, iv) cálculo numérico, v) conocimiento teoremático, vi) concepción del infinito.

A través de restos arqueológicos se puede distinguir la creciente formalización y abstracción del lenguaje matemático, así como el origen de diversos sistemas de numeración y los sistemas deductivos para la demostración de teoremas. Aunque el concepto de infinito es anterior, solo alcanzó consistencia matemática con los trabajos de Cantor en 1918.

 

Más allá de Euclides

 

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Los Elementos de Euclides son el mejor ejemplo de estabilidad estructural y consistencia en las matemáticas de la Grecia clásica. Durante siglos ha sido un tratado matemático de referencia. Sin embargo, es matemáticamente posible ir más allá de Euclides, en busca de la frontera final: crear un sistema comprensivo y formal suficiente para describir coherentemente cualquier relación. Con este fin, las matemáticas han tratado de formalizar toda la verdad. Y, en consecuencia, a probar la consistencia, completitud y decidibilidad de los sistemas matemáticos.

Un caso paradigmático en el proceso de formalización es el origen de las poco intuitivas geometrías no-euclídeas. Lo que Euclides incluyó en sus Elementos como el quinto postulado independiente de los otros, resultó ser un realmente un postulado independiente e innecesario, pues de su contrario también se sigue una nueva geometría consistente no-euclídea.

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Fue Klein quien demostró que la consistencia de la geometría de Euclides implicaba la consistencia de la nueva geometría no-euclídea descubierta por Lobachevsky. Hilbert ligó matemática la consistencia de las geometrías a la de los números reales. Poco después Gödel demostró que no se puede demostrar la consistencia de la aritmética desde dentro de la propia aritmética. Y, en consecuencia, se exige una pluralidad de sistemas que manifiesta la creciente complejidad de la formalización matemática.

En realidad, algunos sistemas matemáticos no son completos y algunas cuestiones no son decidibles. Hay excepciones de la infalibilidad matemática que hacen que algunos problemas sean últimamente irresolubles y sea necesario abordarlos desde una pluralidad de sistemas matemáticos que, en última instancia, depende de las preferencias relativas a sujetos de conocimiento. Los teoremas de incompletitud e indecidibilidad nos impulsan al convencimiento de que es imposible construir una metafísica absoluta.

Lenguaje, realidad y religión

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A pesar de su limitación, el lenguaje matemático nos permite hacer predicciones de la realidad. Sin embargo, la realidad no se deja atrapar integralmente por las matemáticas. Los sistemas caóticos son un ejemplo ilustrativo. En el fondo, las matemáticas son insuficientes para probar la consistencia de la realidad. Es necesario dar un salto metafísico.

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El significado del lenguaje científico no es puramente formal pues está referido a objetos físicos de la realidad. Los símbolos científicos adquieren matices semánticos distintos en distintas ciencias. La pluralidad de los sistemas matemáticos y el carácter abierto de las ciencias nos permiten tratar con legitimidad la cuestión metafísica. ¿Cuál es la naturaleza última de la realidad?

Leach considera que la metafísica y la religión pueden dar respuestas consistentes al enigma último de la realidad. A su entender, la necesaria apertura de los lenguajes formal y científico supone una buena posibilidad para que los lenguajes de la metafísica y la religión propongan ideas acerca de por qué el mundo es tal cual. Ahora bien, las reflexiones teológicas no pueden ser independientes de los resultados científicos y matemáticos.

Reconciliando ciencia y religión

 

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Como creyente, Leach reconoce haber descubierto a Dios a través de la figura de Jesús. Y a Jesús a través del conocimiento del mundo. Así, su religiosidad le ha movido a saber más del mundo, porque más conocimiento científico del mundo podría refutar ideas equivocadas de su religión. De este modo, matemáticas y religión complementan asimétricamente su visión global de la realidad. Se puede hacer matemáticas sin teología, pero no teología sin matemáticas y ciencias.


Artículo elaborado por Manuel Béjar, de la Cátedra CTR.


Bibliografía

LEACH, J. (2010), Mathematics and Religion. Our Languages of Sign and Symbol (Templeton Press, Conshohocken).

 

(Edición con imágenes: Alejandro Sánchez, administrador del blog)

La Ciencia Cada Vez Más Certifica A La Espiritualidad y La Religiosidad Como Naturalmente Humano

"El siglo XXI o será místico o no será humano"

(Karl Rahner, S.J. Teólogo impulsor del Concilio Vaticano II)

 

Diversas disciplinas científicas explican la religiosidad humana

Surge por evolución, a partir de procesos cognitivos básicos, y tiene una base neuronal, señalan los expertos

La religiosidad humana ha perdurado durante más de 100.000 años y ha existido y existe en cada cultura de nuestra especie. Hoy día, además, se calcula que más del 85% de la población mundial tiene algún tipo de creencia religiosa. Desde hace años, la ciencia intenta comprender el fenómeno religioso. La revista Monitor of Psychology ha revisado recientemente algunas de las investigaciones realizadas a este respecto, así como las conclusiones que podrían extraerse de ellas: la religiosidad surgiría a partir de procesos cognitivos básicos del ser humano, tiene una base neuronal, y su causa podría ser evolutiva, afirman los especialistas. Por Yaiza Martínez.

 


Chamán Urarina de Perú. Fuente: Wikimedia Commons.
Chamán Urarina de Perú. Fuente: Wikimedia Commons.
Tradicionalmente, algunos psicólogos han caracterizado las creencias religiosas como patológicas o como pensamientos irracionales.

Sin embargo, la religiosidad humana ha perdurado durante más de 100.000 años, y ha existido y existe en cada cultura de nuestra especie. Hoy día, además, se calcula que más del 85% de la población mundial tiene algún tipo de creencia religiosa.

Para tratar de entender el origen y las causas de la fe religiosa, en los últimos años psicólogos y neurocientíficos se han dedicado a analizar este fenómeno de la mente humana. En un artículo publicado por la revista Monitor of Psychology, editada por la American Psychological Association (apa), se explican y se sintetizan algunos de los hallazgos realizados en estas investigaciones.

Predispuestos a buscar sentido

Según se explica en el artículo, psicólogos y neurocientíficos han descubierto que la religión podría ser un subproducto del propio modo de funcionamiento de nuestro cerebro, que tiende, entre otras cosas, a buscar orden en el caos, a antropomorfizar nuestro entorno y a creer que el mundo que nos rodea ha sido creado para nosotros.

Justin Barret, psicólogo especializado en este tema del Centre for Anthropology and Mind de la Universidad de Oxford, afirma que en los últimos tiempos se han recopilado evidencias de que serían diversos procesos básicos del conocimiento humano los que habrían dado lugar a las creencias religiosas, y los que le otorgarían a éstas su fuerza y perdurabilidad.

Dichos procesos hacen, por ejemplo, que veamos el mundo como si tuviera un diseño intencionado, como si hubiese sido creado por algo o por alguien.

Estudios realizados por científicos de la Universidad de Boston demostraron que incluso en los niños pequeños existe esa tendencia a pensar que el mundo ha sido creado con un propósito. Así, por ejemplo, si se le pregunta a los niños “¿por qué existen los ríos?”, una respuesta corriente sería: “para que los peces puedan nadar”.

Otra investigación publicada por la revista Science reveló que también los adultos buscan permanentemente un sentido, sobre todo en situaciones de incertidumbre. En ella, se constató que la gente tendía más a ver patrones en una representación aleatoria de puntos, si se les hacía sentir previamente que no tenían control alguno.

Tendencia a lo sobrenatural

Pero, además, el ser humano parece tener una predisposición innata a creer en lo sobrenatural, explica Barret. En un estudio realizado por el psicólogo, se constató que niños de tan sólo tres años atribuían espontáneamente habilidades sobrenaturales e inmortalidad a “Dios”, incluso sin haber recibido aleccionamiento alguno sobre Dios o la religión.

Asimismo, los niños también elaboraban historias sobre su vida antes de nacer, acerca de un contexto bautizado por Barret como la “pre-vida”
Justin Barret. Fuente: Universidad de Oxford.
Justin Barret. Fuente: Universidad de Oxford
El psicólogo afirma que lo que se está demostrando es que “nuestra estructura cognitiva básica nos predispone a cierto tipo de pensamientos, a pensar en la pre-vida, en la vida después de la muerte, en dioses, seres invisibles que hacen cosas, es decir, en los temas comunes de las religiones del mundo”.

Con base neuronal

Esta predisposición hacia las creencias religiosas tiene una base neuronal, señalan las investigaciones más recientes realizadas por neurocientíficos.

Según ellos, la tendencia a la religiosidad se extiende por todos los sistemas del cerebro, y probablemente surja de circuitos neuronales desarrollados para otros fines.

Como ejemplo, en 2009, Jordan Grafman, PhD, director de la sección de neurociencia del National Institute of Neurological Disorders and Stroke de Estados Unidos, publicó los resultados de un estudio realizado con tecnología fMRI (exploración de resonancia magnética funcional de la actividad neuronal) que demostraron que los pensamientos religiosos activan un área del cerebro implicada con la interpretación de las emociones e intenciones de otras personas.

Según los autores del estudio, estos resultados sugieren que cuando la gente piensa en Dios desarrolla un pensamiento similar al que tienen cuando piensan en cualquier figura autoritaria especial, como una madre o un padre.

Origen evolutivo

Por último, la predisposición humana a la religiosidad podría tener un origen evolutivo: algunos especialistas afirman que la religión habría evolucionado para favorecer la formación y el mantenimiento de grandes comunidades sociales.

Los científicos de la Universidad de Virginia, Jonathan Haidt y Jesse Graham, publicaron en febrero de 2010 un artículo en la revista Personality and Social Psychology Review en el que sugerían que la religión co-evolucionó con la moralidad, como una manera de establecer lazos entre individuos en comunidades extensas.

Graham y Haidt argumentaron en su artículo que, a través de relatos y rituales, las religiones han construido cinco pilares morales básicos: no hacer daño, ser justos, ser leales al grupo, respetar la autoridad y vivir con pureza. Estos pilares ayudarían inicialmente a la gente a cooperar unos con otros.

Sin embargo, estos relatos y rituales promoverían la idea de defender a la propia comunidad frente a otras comunidades. De ahí los problemas bélicos que pueden llegar a ocasionar las religiones, explican los expertos.

De cualquier modo, señalan, todas estas investigaciones sirven para comprender al ser humano como un todo que integra elementos biológicos, psicológicos, sociales, culturales y espirituales que están conectados entre sí. Según Barrett, a medida que los estudios avanzan, se tiene una mayor comprensión acerca de la naturaleza de la religión y su desarrollo.

Las Creencias Religiosas Pueden Ayudar A Preservar La Naturaleza

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Las creencias religiosas pueden ayudar a la conservación de la biodiversidad

Una investigación británica mide el impacto de la religión en los comportamientos medioambientales.

 

La reverencia antigua hacia el medioambiente presente en la religión y la cultura es una fuerza muy poderosa capaz de detener la destrucción de la biodiversidad, según una investigación de la Universidad de Kent que se desarrolla en Sumatra, el norte y centro de África y Etiopía. La investigación pretende demostrar que la conservación de los recursos naturales puede beneficiarse de la integración de conceptos religiosos y de fórmulas de conservación tradicionales en planes de gestión convencionales y estrategias de preservación de la naturaleza. Por Yaiza Martínez.

 


La agricultura tradicional se basa en creencias y tradiciones en Sumatra. Foto: Universidad de Kent.
La agricultura tradicional se basa en creencias y tradiciones en Sumatra. Foto: Universidad de Kent.
El interés ético y práctico por la conservación de la biodiversidad puede encontrarse dentro de grandes religiones como el Islam, y también en las creencias y prácticas culturales tradicionales de las comunidades humanas más pequeñas.

Con la intención de conocer y fomentar estas prácticas ecológicas, Stuart Harrop, director del Institute of Conservation and Ecology (DICE) de la Universidad de Kent, en el Reino Unido, se ha embarcado en tres proyectos que se desarrollan en tres puntos del planeta.

Con ellos, el científico y sus colaboradores tratan de medir y comprender el impacto potencial de la ética, las religiones y las culturas locales en la ecología de estas zonas.

Proyecto en Sumatra

El primero de estos proyectos fue fundado en 2007 por la Iniciativa Darwin del Reino Unido. En él, Harrop y sus colaboradores están examinando la relación entre la preservación ecológica y el Islam en la isla indonesia de Sumatra, al mismo tiempo que tratan de aumentar la conciencia de las enseñanzas ecológicas del Islam en la región.

Según publica la Universidad de Kent en un artículo, con este fin, los investigadores están colaborando con los líderes islamistas y con institutos religiosos islámicos de la zona. Los científicos intentan así mejorar la subsistencia de la población local fomentando el uso sostenible de los recursos naturales y desarrollar un innovador modelo de conservación de la naturaleza.

La importancia de este proyecto en Indonesia radica en que este archipiélago contiene alrededor del 10% de todos los bosques tropicales del mundo. Su conservación es, por tanto, clave para la protección de la biodiversidad terrestre.

Sin embargo, Indonesia sufre una de las mayores tasas de deforestación del planeta, una situación que presenta pocos visos de cambio.

Por otra parte, Indonesia, con una cultura tradicional muy diversa, también cuenta con la mayor población musulmana del mundo, que tiene una fuerte influencia en la vida cotidiana de la zona.

Detener la destrucción de la biodiversidad

Por suerte, las filosofías musulmanas apoyan la conservación de la biodiversidad de varias maneras. Según explica Harrop en una nota de la universidad de Kent, en el Corán hay diversos principios clave (Tauhid, Khalifah, Mizan y Fitrah) que defienden la preservación de la naturaleza y delinean el papel humano en la conservación de los recursos naturales.
Stuart Harrop. Fuente: Universidad de Kent.
Stuart Harrop. Fuente: Universidad de Kent.
Además, tres sistemas de gestión del uso de las tierras de Sumatra aplican principios musulmanes conservacionistas: el sistema Hima o de gestión de zonas, establecido para un uso sostenible de los recursos naturales; el sistema Harim o de santuarios inviolables, que se aplica a la protección de los recursos acuáticos y sus servicios; y el sistema Ihya Al-Mawat, que promueve el reavivamiento de tierras abandonadas para hacerlas productivas.

Harrop explica que el objetivo es poner en práctica un programa de integración comunitaria basado en la fe, para fortalecer e integrar estos sistemas religiosos de gestión en un sistema tradicional legalmente reconocido (nagari), que comprende a diversos pueblos.

Aunque aún es pronto para proporcionar evidencias del impacto potencial en la naturaleza de estos sistemas basados en creencias religiosas, Harrop señala el apoyo positivo al proyecto en Sumatra: “lo que sugiere que la reverencia antigua hacia el medioambiente presente en la religión y la cultura es una fuerza muy poderosa capaz de detener la destrucción de la biodiversidad”.

Otros proyectos

La segunda iniciativa de Harrop ha sido fundada por el Economic & Social Research Council / Natural Environment Research Council Interdisciplinary Studentship Scheme (ESCR / NERC), del Reino Unido, y está destinada a examinar la relación entre cultura, lugares sagrados y la migración de las aves en el norte y centro de África.

Un tercer proyecto, financiado por el Christensen Fund, analiza el papel de los lugares forestales sagrados situados en el sudoeste de Etiopía en la conservación de los bosques.

Con estas tres iniciativas, Stuart Harrop pretende demostrar que la conservación de los recursos naturales puede beneficiarse de la integración de conceptos religiosos clave y de fórmulas de conservación tradicionales en planes de gestión convencionales y estrategias de preservación de la naturaleza, al mismo tiempo que las poblaciones locales se benefician de convertir la conservación en algo relevante para ellas.

Otro estudio que ha relacionado en los últimos tiempos la religiosidad con la gestión de recursos naturales fue el realizado por antropólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona, acerca de los amazig o bereberes del Alto Atlas de Marruecos.

En este caso, la investigación realizada reveló que las creencias religiosas favorecen la gestión sostenible de los terrenos y que la pérdida de dichas creencias o la desaparición de ciertas tradiciones está ocasionando en la región analizada una gestión más individualista, basada en el provecho inmediato.

Según los investigadores catalanes, los resultados obtenidos en el Alto Atlas de Marruecos sugieren que las creencias religiosas deberían añadirse a la lista de factores que condicionan la explotación de los recursos naturales y, por tanto, deben tenerse en consideración a la hora de desarrollar estrategias que garanticen la continuidad de dichos recursos.

La Religiones Cristianas Fomentan El Bienestar y Verdaderas Amistades

 

No se descarta lo mismo en el Islam, el judalismo y el Budismo, mas el estudio se hizo principalmente entre cristianos. Tanto en las misas católicas como en los encuentros de las demás iglesias cristianas, el sentimiento de fraternidad y hermandad se fomenta como un valor básico cristiano. Quizás lo mismo se halle en las demás religiones.

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Un estudio revela el “ingrediente secreto” de las religiones

 

Pueden aumentar la satisfacción vital si fomentan las relaciones sociales íntimas

En los últimos años, diversos estudios han revelado que existe una relación positiva entre la religiosidad y el grado de satisfacción vital. Sin embargo, hasta ahora, no se había establecido la causa de este vínculo. Científicos estadounidenses han descubierto que las religiones aumentarían el bienestar psicológico de los individuos gracias a que promueven las relaciones sociales íntimas. Según ellos, serían los amigos que se hacen en las congregaciones los que conferirían a éstas un valor real y tangible, los que fortalecerían el sentimiento individual de pertenencia a una comunidad. Por Yaiza Martínez.

 

La relación entre la religiosidad y la satisfacción vital ha sido ampliamente estudiada. Por ejemplo, en 2006 una investigación realizada por científicos del Departamento de Psicología del Albion College de Estados Unidos reveló que la religiosidad puede aumentar el bienestar psicológico.

Por otro lado, este mismo año, un estudio llevado a cabo por especialistas del Rush University Medical Center de Chicago estableció que las creencias religiosas podían proteger contra los síntomas de la depresión. Sin embargo, hasta el momento, no se había analizado el porqué del efecto positivo de la religión en quienes la profesan. Ahora, científicos de la Universidad Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, han descubierto una posible causa de dicho efecto.

Satisfacción vital y amistades

En un artículo publicado por la American Sociological Review, los autores del estudio, Chaeyoon Lim, profesor de sociología de la Universidad de Wisconsin Madison, y Robert D. Putnam, de la Universidad de Harvard, explican que el “ingrediente secreto” de la religión podría radicar en los aspectos sociales de las prácticas religiosas, más que en la teología (las creencias personales o la religión a la que se pertenece), la espiritualidad o aspectos como la frecuencia de la oración o la sensación de la presencia de Dios en la propia vida.

Según ellos, serían las relaciones cultivadas en las congregaciones religiosas lo que propiciaría la satisfacción vital de los creyentes.

Para su estudio, los investigadores utilizaron datos de una encuesta llamada “Faith Matters Study”, que fue realizada a una muestra representativa de adultos norteamericanos entre los años 2006 y 2007.

A partir de esta encuesta, Lim y Putman establecieron que el 33% de las personas que afirmaron acudir a servicios religiosos semanalmente tenía entre tres y cinco amigos íntimos en sus respectivas congregaciones.

Todas ellas afirmaron sentirse “extremadamente satisfechas” con sus vidas (la satisfacción vital extrema fue señalada con un 10, en una escala del uno al 10).

Redes sociales íntimas

En comparación con este primer grupo, sólo el 19% de aquellos individuos que asistían a servicios religiosos semanalmente, pero que en ellos no habían encontrado amistades cercanas, informaron de ese mismo grado de satisfacción vital.

Por otra parte, el 23% de las personas que acudían a servicios religiosos sólo varias veces al año, pero que en sus congregaciones sí contaban con entre tres y cinco amigos íntimos, también afirmaron encontrarse “extremadamente satisfechas” con sus vidas.

Por último, el 19% de las personas que no asistían nunca a servicios religiosos también señalaron sentirse extremadamente satisfechas con sus vidas.
egún declaraciones de Lim recogidas por Eurekalert, estos resultados señalan que no serían la asistencia a las iglesias ni los sermones ni la oración lo que hace a la gente feliz, sino las redes sociales íntimas que se tejen dentro de los grupos religiosos.

Lim afirma que a las personas les gusta sentir que pertenecen a algo y que “una de las funciones más importantes de la religión es aportar a la gente el sentimiento de pertenencia a una comunidad moral basada en la fe religiosa”.

Esta comunidad, sin embargo, puede convertirse en algo remoto o abstracto a no ser que las personas que pertenezcan a ella desarrollen un círculo de amigos con los que compartir una identidad similar.

Los amigos que un individuo hace en cualquier congregación son los que le dan a ésta un valor real y tangible, los que fortalecen el sentimiento individual de pertenencia a la comunidad.

Iniciativas sociales

Según Lim, los resultados del estudio serían aplicables a las tres tradiciones cristianas principales (la protestante, la católica y la evangélica protestante), aunque patrones similares fueron encontrados también en judíos y mormones (de los que se analizó una muestra mucho menor de adultos).

Entre los individuos estudiados no había los suficientes musulmanes o budistas para comprobar el efecto beneficioso de otras religiones, como consecuencia de la formación des redes sociales, explican los investigadores.

Lim y Putman concluyen que sería el apoyo social y moral que aportan las comunidades religiosas lo que propicia la satisfacción vital de las personas que pertenecen a ellas y que, por tanto, los líderes religiosos deberían invertir más tiempo, recursos y talento en el desarrollo de la dimensión social de sus congregaciones, con iniciativas como la formación de grupos de apoyo o de oración, la organización de encuentros y la formación de coros.

De esta forma, podrían hacer más felices a sus seguidores, y conseguir que éstos sean miembros más activos dentro de sus propias congregaciones.

Anteriormente, ya se habían relacionado las relaciones sociales con el grado de satisfacción vital de los humanos. Un estudio llevado a cabo en el año 2006, en Bangladesh, por científicos de la Universidad inglesa de Bath, reveló que la felicidad está relacionada directamente con el cultivo de las relaciones personales, con la calidad de las relaciones familiares, y con el hecho de sentirse respetado e influyente en la comunidad a la que se pertenece.

El Creer En Dios Disminuye El Stress

La oración contemplativa (sea dinámica o estática) es similar a la meditación Zen, por tanto los efectos son los mismos (cuando las vivencias son también similares) Creer en un Dios Misericordioso, compasivo y lleno de Paz, siempre con más reflexión que con dogmatismo,  ayuda a mejorar la calidad de vida en general, a tener mayor Inteligencia Emocional e inteligencia en general.

 

Pensar en Dios puede reducir o aumentar el estrés

 

Pensar en Dios puede ayudar a las personas religiosas a sentirse menos alteradas cuando comenten errores, pero tiene justo el efecto contrario en las personas ateas. Esto es lo que revela un estudio en el que se analizó la actividad neuronal de un área concreta del cerebro (la corteza cingulada anterior o ACC) como respuesta a errores cometidos. Este área estaría vinculada a los estados de atención o de alerta cuando algo va mal. Por Yaiza Martínez.

 

 


Ubicación de la corteza cerebral. Fuente: Wikimedia Commons.
Ubicación de la corteza cerebral. Fuente: Wikimedia Commons.
Pensar en Dios puede ayudar a las personas religiosas a sentirse menos alteradas cuando comenten errores, pero puede tener justo el efecto contrario en las personas ateas.

Esto es lo que revela un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de Toronto Scarborough, en Canadá, y cuyos resultados han aparecido publicados en la revista Psychological Science, editada por la Association for Psychological Science (APS), de Estados Unidos.

Comprender los efectos de la fe

Michael Inzlicht, investigador de la Universidad de Toronto Scarborough y uno de los autores del presente estudio, explica en un comunicado de dicha universidad que, dado que el 85% de la población mundial tiene algún tipo de creencia religiosa, para los psicólogos resulta importante comprender porqué la gente tiene estas creencias, explorar las funciones de la fe y, en definitiva, comprender para qué sirve.

Según los investigadores, la religión suele relacionarse con la posibilidad de darle una significación y un orden al mundo, pero aún no está claro si las creencias religiosas pueden realmente ayudar a las personas a sentir menos ansiedad y estrés.

Con la intención de aclarar estas cuestiones sobre religión y bienestar humano, los investigadores de la Universidad de Toronto realizaron ya en 2009 un estudio en el que analizaron la actividad de la amígdala cingulada anterior del cerebro en función de la religiosidad de los participantes.

En la presente investigación, los psicólogos han medido un tipo de ondas cerebrales relacionadas con las respuestas humanas de defensa ante errores (las señales de negatividad relacionada con error o error-related negativity (ERN), mientras los participantes en el estudio cometían fallos en una prueba.

De esta forma, pudo constatarse que aquellas personas que habían sido preparadas con pensamientos religiosos antes del test presentaron respuestas cerebrales menos acusadas ante sus propios errores que las personas que no habían sido condicionadas de esta manera previamente.

Estas respuestas neuronales menos acusadas permitieron a los participantes afrontar los contratiempos sin perder su equilibrio, y reaccionar con menos ansiedad a sus propios fallos, afirman los científicos.

Influencia consciente e inconsciente

En su experimento, los psicólogos pidieron a los participantes que escribieran sobre religión y, también, que realizaran una tarea de palabras revueltas, en la que se incluían términos relacionados con Dios.

Posteriormente, los investigadores registraron la actividad cerebral de los participantes, mientras éstos completaban una tarea informatizada, escogida porque proporcionaba una alta tasa de errores.

Los resultados de los registros demostraron que cuando se imprimía en la gente ideas sobre religión y Dios, consciente (escribir sobre Dios) o inconscientemente (tarea de palabras revueltas), su actividad cerebral al cometer errores se reducía en un área cerebral conocida como corteza cingulada anterior (ACC).
Michael Inzlicht. Fuente: Universidad de Toronto.
Michael Inzlicht. Fuente: Universidad de Toronto.
Este área del cerebro está asociada a diversas funciones, como la regulación de los estados de atención o de alerta cuando algo va mal, incluidos los fallos que cometemos.

Por ejemplo, un estudio realizado en 2005 por científicos de la Universidad de Washington en Saint Louis (Estados Unidos) demostró que la ACC advierte de los errores cometidos, antes incluso de que el sujeto haya tomado la decisión equivocada.

Por otro lado, la corteza cingulada anterior, que es la parte frontal de la corteza cingulada o córtex cingulado del cerebro, parece jugar un papel clave en la regulación de la presión sanguínea y de la frecuencia cardiaca, así como en otras funciones de tipo cognitivo racional, como la anticipación a la recompensa, la capacidad de tomar decisiones, la empatía o la emoción.

No reduce el estrés en ateos

Esta reducción de las señales neuronales procedentes de la corteza cingulada anterior no fue detectado, sin embargo, en el caso de los ateos, afirman los investigadores: cuando a éstos se les imprimieron de manera inconsciente ideas relacionadas con Dios, la corteza cingulada anterior de estos participantes incrementó su actividad en lugar de reducirla.

Los científicos sugieren que, para las personas religiosas, pensar en Dios puede suponer una forma de ordenación del mundo, que alivie la ansiedad que provoca la aparición de eventos aparentemente aleatorios en él.

Por el contrario, para los ateos, los pensamientos sobre Dios pueden contradecir los esquemas de sentido con los que éstos viven, por lo que para ellos las ideas de Dios pueden ser una fuente de estrés.

Universos de sentido y salud

Inzlicht explica que: “pensar sobre Dios calma cuando se está bajo presión. Reduce el estrés que produce cometer errores. Creemos que este hecho puede ayudarnos a comprender algunos descubrimientos realmente interesantes sobre las personas que son religiosas. Aunque no sea de manera inequívoca, algunas evidencias sugieren que estas personas viven más y tienden a ser más felices y saludables”.

Una de estas evidencias la aportó un estudio realizado en 2006 con 192 personas por científicos del Departamento de Psicología del Albion College de Michigan (Estados Uniddos), en el que se demostró que la religiosidad puede generar actitudes de satisfacción vital.

Por otro lado, un estudio realizado también en 2006 por científicos del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh (UPMC) reveló que el aumento de la esperanza de vida que se deriva de una actividad religiosa semanal es comparable a los beneficios que genera para la salud el ejercicio físico regular o el consumo de medicamentos para reducir el colesterol.

Inzlicht señala, sin embargo, que los ateos pueden proporcionarse el mismo efecto positivo que supone para los creyentes pensar en Dios, simplemente reflexionando sobre su propio sistema de creencias. Según el científico: “creemos que esto puede ocurrir (la reducción del estrés) con cualquier universo de sentido que proporcione una estructura y ayude a la gente a comprender su mundo”.

La Felicidad Depende En Parte de la Devoción del Creyente

El artículo menciona que la felicidad depende del compromiso religioso, es decir, de la devoción. Devoción no es fanatismo ni viceversa. Se puede ser devoto y mantener un pensamiento reflexivo, es decir, de crítica creadora. El pensamiento reflexivo, si es creativo, no cae en los descalificativos, sino en las valoraciones dinámicas de los actos. Ningún acto es bueno o malo en sí, mas sus consecuencias pueden ser creadoras o destructoras, desde las consecuencias es que se pueden valorar correctamente a los actos, mas no a los sujetos, que siempre pueden transformarse si cumplen con los requisitos necesarios.

 

Alejandro Sánchez

La felicidad no depende de la genética

Área: Psicología — Martes, 12 de Octubre de 2010

 

Según un estudio la felicidad depende de pequeñas cosas como el altruismo, la familia, ir a la iglesia, mantener un peso adecuado y tener una pareja alegre.

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Clifford Stern, el personaje interpretado por Woody Allen en “Delitos y Faltas” realiza un documental sobre el profesor Levy, un supuesto sabio desconocido que parece tener respuesta a los grandes interrogantes de la vida, mientras que Clifford tiene que hacer trabajos que no le gustan para poder sobrevivir. Según este profesor ficticio todos nosotros tenemos que enfrentarnos en nuestras vidas a decisiones agónicas, decisiones morales. “Pero nos definimos a nosotros mismos por las elecciones que hemos tomado. Somos, de hecho, la suma de todas nuestras decisiones. Los eventos se desarrollan tan impredeciblemente, tan injustamente que la felicidad humana no parece estar incluida en el diseño de la creación. Es solamente nosotros, con nuestra capacidad de amar, los que dotamos de sentido a un universo indiferente. Y aún así, la mayoría de los seres humanos parece tener la habilidad de seguir intentando e incluso tratando de encontrar la felicidad en las pequeñas cosas, como su familia, su trabajo y en la esperanza de que futuras generaciones puedan entenderlo mejor.”  


Obviamente el profesor Levy no tiene todas las respuestas que nos gustaría tener. La ciencia tampoco. Puede que incluso las novelas o películas sean mejores modelos de la realidad humana que la ciencia a la hora de explicar algo tan intangible como “la felicidad”. Si queremos estudiar la felicidad desde el punto de vista científico puede que no nos quede más remedio que realizar encuestas a la gente y ver que decisiones o factores han sido decisivos en sus vidas a la hora de alcanzar cierta felicidad.


Bruce Headey, profesor en la Universidad de Melburne, y su equipo de colaboradores han realizado precisamente esto mismo. Estos investigadores empezaron entrevistando a 3000 personas al año, pero han terminado entrevistando a 60.000 anualmente al final del periodo de 25 años que ha durado hasta ahora el estudio.


Llegan a la conclusión de que la elección de una pareja apropiada, ir o no a la iglesia y la estima que se tenga del propio cuerpo son determinantes a la hora de alcanzar la felicidad. Este resultado desafía la teoría aceptada hasta ahora según la cual la felicidad estaría predeterminada por lo genes.


Según esta teoría la felicidad a largo plazo de los individuos tiende a estabilizarse porque depende principalmente de factores genéticos. Esta idea se basa en parte en estudios sobre gemelos que muestran que si son genéticamente idénticos tienen niveles más similares de satisfacción respecto a la vida comparados con gemelos que no sean idénticos. Estos estudios sugieren además que aunque el nivel de felicidad puede ocasionalmente cambiar bruscamente debido a eventos importantes que puedan aparecer en la vida, se retorna siempre a los niveles previos de felicidad al cabo de dos años o menos.


Sin embargo, según este nuevo estudio, ciertos cambios en el estilo de vida dan lugar a cambios significativos a largo plazo en la felicidad, en lugar de provocar solamente cambios temporales según la teoría antes explicada.

 

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Una de las mayores influencias sobre la felicidad de las personas es el nivel de neuroticismo de la pareja sentimental.


El neuroticismo es un término psicológico correspondiente a un rasgo psicológico que define una parte de la personalidad. Los que puntúan alto en los test sobre este rasgo tienen inestabilidad emocional, inseguridad, tasas altas de ansiedad, estado continuo de preocupación y tensión, con tendencia a la culpabilidad y generalmente poseen una sintomatología psicosomática.


Según este estudio, aquellas personas cuyas parejas puntúan alto en este rasgo son más propensas a ser infelices y permanecen infelices durante el tiempo que dure su relación.


Otros factores importantes respecto a la felicidad según este estudio son el altruismo y la familia. Las personas que en las entrevistas tenían como prioridad en la vida mantener comportamientos altruistas eran recompensadas con un aumento de la satisfacción vital a largo plazo. Lo mismo se podía decir de aquellos que mantenían metas familiares.


Por el contrario, aquellos que priorizaban la carrera profesional o el éxito material experimentaban el efecto contrario.

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Mantener un compromiso religioso parece también aumentar la felicidad. Las personas que van a la iglesia regularmente parecen ser más felices que la gente no religiosa.


El peso de la persona es también un factor importante relacionado con la felicidad, especialmente en el caso de las mujeres. Las mujeres con sobrepeso eran significativamente menos felices que las que tenían un peso adecuado. Los hombres excesivamente delgados puntuaron ligeramente por debajo en términos de satisfacción vital que los hombres con un peso sano. Sin embargo, el sobrepeso no parece afectar a la felicidad de los hombres.


Según este grupo de investigadores los hallazgos puede que también sean aplicables a otras poblaciones, pues en otro estudio aún sin publicar sobre Reino Unido y Australia dicen haber encontrado patrones similares.

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Así que si quiere ser feliz ya sabe la receta: conviva con una persona alegre y positiva, manténgase en un peso ideal, vaya a la iglesia con regularidad, colabore con los demás altruistamente, ayude a la familia y no se centre demasiado en su carrera o en el dinero.


Si nos fijamos en lo anterior es poco más o menos lo que decía el profesor Levy, aunque a él no le ayudó mucho saber esta receta, pues hacia el final de la película se suicida. El sabio dejó, eso sí, una nota no demasiado profunda como último pensamiento: “He saltado por la ventana”.


Quizás el asunto de la felicidad sea más complicado que todo esto, o puede que no todo en la vida dependa de la felicidad. Puede que si todos fuéramos completamente felices no habría ni siquiera novelas o películas. Nadie crea si es completamente feliz, pues está muy ocupado siendo feliz.


Alguien verdaderamente inteligente busca la felicidad, pero puede que deje de serlo en el mismo momento que la encuentre. Aunque lo más probable es que nunca la halle.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3267

Fuentes y referencias:
Artículo original.
Las experiencias son mejores que las posesiones.
Tener más ingresos económicos que los demás es lo que realmente importa.
Felicidad contagiosa.
Posesiones y felicidad.
Felicidad, creatividad y concentración.
Fotos: todas vía Flickr de MKB photography, Tja’Sha, Hadrien Hanse y Stox-Ideas Playground respectivamente.

Las Creencias Pueden Ser Tan Buenas Como Malas Para La Trascendencia

La Fe tiene que ser Reflexiva y, necesariamente, debe estar orientada por la Ciencia, así como la Ciencia por la Fe en cuestiones éticas. Ciencia y Fe (Espiritualidad) no deben ir mezcladas, mas sí relacionadas. Como profundo creyente atiendo a la ciencia (al menos la agnóstica, que es la verdadera ciencia, ya que partir a priori de una posición le resta a uno capacidad de análisis y entendimiento) y como estudioso de la ciencia uso de referencia mis creencias para darle sentido ético y teleológico a dichos estudios. Es un pensamiento holístico como se dice. La Fe (Espiritualidad) me da autoconfianza, la Ciencia me da entendimiento. Hay momentos de conflicto mas son más los momentos de complementación entre ambas formas de pensamiento. En los escasos momentos de conflicto entre mi Fe y la Ciencia, medito y reflexiono... y de dicha reflexión quito una conclusión. Lo espiritual en casi todo es lo prevalente en esos momentos y raras veces me ha llevado a errores, porque en lo espiritual puedo ampliar mi punto de vista y me enfoque sobre el devenir y los acontecimientos. Como dice la frase "Cuando haces Zazen, el Universo hace Zazen" o "Estad en el Reino de los Cielos y lo demás será dado por añadidura" frases con el mismo sentido se encuentran en todas las religiones. La "Superstición" no es mala, si va acompañada de la reflexión para aumentar la autoconfianza y la acertividad vivencial. Es un cuchillo, puede hacer tanto bien como mal, depende como lo uses. O sea, la Espiritualidad se puede extender, dependiendo de cómo se viva las creencias.

 

 

Las personas poco decididas son más supersticiosas

 

Las personas que creen que el destino y la casualidad controlan sus vidas tienden más que las personas decididas a ser supersticiosas. Sin embargo, estos mismos individuos, cuando se enfrentan a la idea de su propia muerte, abandonan todo tipo de creencias supersticiosas. Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio reciente sobre la superstición y su efecto en el comportamiento humano que ha revelado, además, que las creencias supersticiosas ayudan a reducir la sensación de incertidumbre, pero también pueden tener efectos perniciosos. Por Yaiza Martínez.

 


Amuletos. Foto:  art_es_anna. Fuente: EverystockPhoto.
Amuletos. Foto: art_es_anna. Fuente: EverystockPhoto.
Las personas que creen que el destino y la casualidad controlan sus vidas tienden más que otras a ser supersticiosas. Sin embargo, estos mismos individuos, cuando se enfrentan a la posibilidad de su propia muerte, abandonan todo tipo de creencias supersticiosas.

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por especialistas de la Kansas State University, de Estados Unidos, en el que se analizaron las formas y funciones de las supersticiones en el comportamiento humano.

El proyecto de investigación, dirigido por el psicólogo Scott Fluke, pretendía ahondar en el fenómeno de las supersticiones, con el fin de conocer mejor su funcionamiento.

Estudio de los efectos

Según se explica en un comunicado emitido por la Kansas State University, los investigadores definieron la superstición como la creencia en que existe alguna relación entre algunos actos, objetos o rituales, y ciertos resultados completamente ajenos a ellos (por ejemplo, entre llevar un amuleto de la suerte y ganar un partido).

Para indagar en el efecto real de estas supersticiones en el comportamiento de la gente, los científicos realizaron dos estudios distintos.

En el primero de ellos, se realizaron una serie de cuestionarios a un total de 200 estudiantes universitarios, en los que se les preguntaron hasta qué punto eran personas pesimistas, si creían en la suerte o el destino o si les gustaba controlar las situaciones, entre otras cuestiones.

El análisis de las respuestas reveló que aquellas personas que creían que la suerte y el destino controlaban sus vidas eran más propicias a ser supersticiosas.

La muerte escapa a la superstición

En el segundo estudio, los investigadores quisieron averiguar cómo los participantes reaccionaban ante la muerte. Para ello, les pidieron que describieran por escrito cómo se sentían al pensar en su propio fallecimiento.

Para sorpresa de los investigadores, los niveles de superstición de los voluntarios descendieron cuando éstos pensaban en su propia muerte. Los científicos atribuyen este cambio a que el hecho de la muerte sea una situación de incertidumbre extrema.

Según Fluke, inicialmente “teorizamos que cuando los participantes pensaran sobre la muerte, se comportarían de manera más supersticiosa, en un esfuerzo por aumentar el sentido de control sobre este hecho”.
Sin embargo, “lo que no esperábamos es que el hecho de pensar en la muerte hiciera que las personas se sintieran indefensas – como si no pudieran tener ningún control sobre ella- algo que realmente redujo sus creencias supersticiosas”.

Controlar las ideas supersticiosas

Tras la realización de ambos estudios, los investigadores determinaron, además, tres razones o causas para el comportamiento supersticioso. Por un lado, la gente utiliza las supersticiones para aumentar su control sobre la incertidumbre.

Por otro lado, las supersticiones ayudan a reducir el sentimiento de impotencia. Por último, a algunas personas les resulta más sencillo confiar en sus creencias supersticiosas que desarrollar estrategias para afrontar realmente ciertas situaciones.

En este sentido, explican los científicos, las supersticiones pueden convertirse en una desventaja y, por tanto, conviene evitarlas.

Para hacerlo, los investigadores recomiendan seguir algunas pautas, como no creer en la mala suerte y tomar conciencia del control real que podemos ejercer sobre ciertas situaciones.

Por otra parte, ser decididos y preventivos también ayuda porque, según los resultados obtenidos en la investigación, las personas menos decididas creen más en las supersticiones y las personas más preventivas son menos supersticiosas.

El lado positivo

Los resultados de la presente investigación contrastan con los obtenidos en otro estudio reciente, que reveló que las supersticiones realmente funcionan porque fomentan la autoconfianza.

Realizada por investigadores de la Universidad de Colonia, en Alemania, dicha investigación demostró que las supersticiones pueden hacer que la gente rinda mejor en sus tareas, y que afronte éstas de forma más animosa y persistente.

El estudio de la Universidad de Colonia incluyó cuatro experimentos en los que se midieron los efectos de las creencias supersticiosas sobre el rendimiento de un grupo de participantes en actividades de agilidad motora, memoria, resolución de anagramas o el golf.

Sobre El Elixir de la Salud, Según La Ciencia

ADN y emociones

 

Existe una forma de energía que conecta toda la creación y podemos influir en ella por medio de nuestra vibración.
Existe una forma de energía que conecta toda la creación y podemos influir en ella por medio de nuestra vibración.

Tres asombrosos experimentos con el ADN prueban las cualidades de autosanación del mismo en consonancia con los sentimientos de la persona, como fue reportado recientemente por Gregg Braden en su programa titulado Sanando Corazones/Sanado Naciones: La Ciencia de La paz y el Poder de La Plegaria.

Gregg Braden empezó como científico e ingeniero antes de que se formulara las grandes preguntas.

Experimento #1

El primer experimento fue realizado por el Dr. Vladimir Poponin un biólogo cuántico. En este experimento se comenzó por vaciar un recipiente (es decir se creo un vacío en su interior) y luego lo único que se dejó dentro fueron fotones (partículas de luz). Se midió la distribución de estos fotones y se encontró que estaban distribuidas aleatoriamente dentro del recipiente. Este era el resultado esperado.

Entonces se coloco dentro del recipiente una muestra de ADN y la localización de los fotones se midió de nuevo. En esta ocasión los fotones se ORGANIZARON EN LÍNEA junto al ADN. En otras palabras el ADN físico produjo un efecto en los no físicos fotones.

Después de esto la muestra de ADN fue removida del recipiente y la distribución de los fotones fue nuevamente medida. Los fotones PERMANECIERON ORDENADOS y alineados en donde había estado el ADN. ¿A que están conectadas las partículas de luz?

Gregg Braden dice que estamos impelidos a aceptar la posibilidad de que existe un NUEVO campo de energía y que el ADN se está comunicando con los fotones por medio de este campo.

 

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Experimento # 2

Este experimento fue llevado a cabo por los militares. Se recogió una muestra de leucocitos (células sanguíneas blancas) de un número de donantes. Estas muestras se colocaron en una habitación equipada con un equipo de medición de los cambios eléctricos. En este experimento el donante era colocado en una habitación y sometido a "estímulos emocionales" consistentes en vídeo clips que generaban emociones en el donante. El ADN era colocado en un lugar diferente al del donante, pero en el mismo edificio. Ambos donante y su ADN eran monitoreados y cuando el donante mostraba sus altos y bajos emocionales (medidos en ondas eléctricas) el ADN expresó RESPUESTAS IDÉNTICAS Y AL MISMO TIEMPO. No hubo lapso y tiempo retraso de transmisión. Los altos y bajos del ADN COINCIDIERON EXACTAMENTE con loa altos y bajos del donante.

Los militares querían saber cuan lejos podían separar al donante de su ADN y continuar observando ese efecto. Ellos pararon de hacer pruebas al llegar a una separación de 80 Kilómetros entre el ADN y su donante y continuaron teniendo el MISMO resultado. Sin lapso y sin retraso de transmisión.

El ADN y el donante tuvieron las mismas respuestas al mismo tiempo. ¿Qué significa esto? Gregg Braden dice que esto significa que las células vivas se reconocen por una forma de energía no reconocida con anterioridad. Esta energía no se ve afectada ni por la distancia ni por el tiempo. Esta no es una forma de energía localizada, es una energía que existe en todas partes y todo el tiempo.

 

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Experimento #3

El tercer experimento fue realizado por el Instituto Heart Math y el documento que lo soporta tiene este título: Efectos locales y no locales de frecuencias coherentes del corazón y cambios en la conformación del ADN (No se fijen en el titulo, la información es increíble)

Este experimento se relaciona directamente con la situación con el ántrax. En este experimento se tomo el ADN de placenta humana (la forma más prístina de ADN) y fue colocado en un recipiente donde se podía medir los cambios del mismo. Se distribuyeron 28 muestras en tubos de ensayo al mismo número de investigadores previamente entrenados. Cada investigador había sido entrenado a generar y SENTIR sentimientos, y cada uno de ellos podían tener fuertes emociones.

Lo que se descubrió fue que el ADN CAMBIO DE FORMA de acuerdo a los sentimienos de los investigadores.

1. Cuando los investigadores sintieron gratitud, amor y aprecio, al ADN respondió RELAJÁNDOSE y sus filamentos estirándose. El ADN se hizo más largo.

2. Cuando los investigadores SINTIERON rabia, miedo o estrés, el ADN respondió APRETÁNDOSE. Se hizo más corto y APAGÓ muchos de los códigos. ¿Alguna vez se han sentido "descargados" por emociones negativas? ahora saben porque sus cuerpos también se descargan. Los códigos del ADN se conectaron de nuevo cuando los investigadores tuvieron sentimientos de amor, alegría, gratitud y aprecio.

Este experimento fue posteriormente aplicado a pacientes con VIH positivos. Ellos descubrieron que los sentimientos de amor, gratitud y aprecio crearon 300.000 veces mayor RESPUESTA INMUNE que la que tuvieron sin ellos. Así que aquí tenemos una respuesta que nos puede ayudar a permanecer con salud, sin importar cuan dañino sea el virus o la bacteria que este flotando alrededor. Manteniendo los sentimientos de alegría, amor, gratitud y aprecio.

Estos cambios emocionales fueron más allá de ser efectos electromagnéticos. Los individuos entrenados para sentir amor profundo fueron capaces de cambiar la forma de su ADN. Gregg Braden dice que esto ilustra una nueva forma de energía que conecta toda la creación. Esta energía parece ser una RED TEJIDA ESTRECHAMENTE que conecta toda la materia. Esencialmente podemos influenciar esa red de creación por medio de nuestra VIBRACIÓN.

 

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Resumen

¿Que tiene que ver los resultados de estos experimentos con nuestra situación presente? Esta es la ciencia que nos permite escoger una línea de tiempo que nos permite estar a salvo, no importa lo que pase. Como Gregg explica en su libro El Efecto de Isaías, básicamente el tiempo no es solo lineal (pasado, presente y futuro) sino también profundidad. La profundidad del tiempo consiste en todas las líneas de tiempo y de oración que puedan ser pronunciadas o que existan. Esencialmente, sus oraciones ya han sido respondidas. Simplemente activamos la que estamos viviendo por medio de nuestros SENTIMIENTOS.

Así es como creamos nuestra realidad, al escogerla con nuestros sentimientos. Nuestros sentimientos están activando la línea de tiempo por medio de la red de creación, que conecta la energía y materia del universo.

Recuerda que la ley del Universo es que atraemos aquello en lo que nos enfocamos. Si te enfocas en temer cualquier cosa sea la que venga, estas enviando un fuerte mensaje al Universo para que te envíe aquello a lo que le temes. En cambio si te puedes mantener con sentimientos de alegría, amor, aprecio o gratitud y enfocarte en traer mas de eso a tu vida, automáticamente vas a evadir lo negativo.

Estarías escogiendo una LINEA DE TIEMPO diferente con estos sentimientos.

Pueden prevenir el contagiarse de ántrax o cualquier otra gripe o virus, permaneciendo en estos sentimientos positivos que mantiene un sistema inmune extraordinariamente fuerte.

Así que esta es una protección para lo que venga: Busca algo por lo cual estar alegre todos los días, cada hora si es posible, momento a momento, aunque sea unos pocos minutos. Esta es la más fácil y mejor de las protecciones que puedes tener.

 

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